Antonio Salgado Pérez
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En la década de los 60 del pasado siglo, “La Etapa de Oro del Boxeo Canario”, Don Álvaro Rodríguez-López Braun que, a sus 86 años, acaba de nacer para la muerte, destacó -entre otras múltiples facetas- como un prestigioso mecenas del pugilismo, manifestación olímpica de la que siempre fue un gran entendido y fino catador, coadyuvando de una forma muy especial, con la generosidad que siempre le distinguió, a que boxeadores como Juan Albornoz Hernández “Sombrita” (en la foto) conquistara el título de Europa de los pesos superligeros enfrentándose al italiano Sandro Lopopolo.
Dicho combate, que constituyó toda una manifestación en el Archipiélago Canario , se celebró el 17 de julio de 1965 en la mudéjar y santacrucera plaza de toros, que vio abarrotado su aforo con los ocho mil espectadores que acudieron para presenciar el primer campeonato de estas características que se celebraba en las Islas Canarias, que siempre ha sido cuna de magníficos pugilistas.

“Sombrita”, con la inestimable ayuda técnica de su preparador Jorge Moreno y a través de quince inolvidables asaltos, se proclamó campeón continental al derrotar por puntos al mencionado boxeador trasalpino. El púgil isleño brindó su triunfo a su mentor y mecenas Don Álvaro Rodríguez-López Braun, cuyo lema siempre fue el siguiente:” Primero, la persona y su educación y, después, el deportistas y sus triunfos”. Como espectador de excepción acudió a dicha velada el presidente de la Federación Española y de la Europea, Vicente Gil García, a la sazón médico particular del Generalísimo Franco, otro entusiasta de este milenario deporte de contacto.

A la sombra, ocultando su acrisolada fibra emprendedora, Don Álvaro Rodríguez-López convirtió, en nuestros ámbitos, al pugilismo, en un deporte de señorío y prestigio. Y tuvo en Don Domingo Dorta Hernández, a la figura del promotor honesto y responsable; y el extinto no solamente extendió su proverbial altruismo en la persona del aludido “Sombrita” sino en el cubano-español José Legrá Utría, al que le otorgó toda clase de facilidades en la localidad gomera de Tecina para que lograra su máxima cota, el campeonato del mundo de los pesos plumas, que obtuvo el 24 de julio de 1968 en la localidad escocesa de Porthcawl, donde derrotó por KOT en el quinto asalto al británico Howard Winstone. Aquella noche, y tras su extraordinaria victoria, José Legrá, sobre el cuadrilátero, y abrazado a su preparador Kid Tunero, lució una hermosa piña de plátanos que, intuyendo su victoria, le habían enviado desde La Gomera, una Isla con la que Legrá siempre ha mantenido un entrañable vínculo de gratitud y cariño.

También, bajo la tutela y patronazgo de Don Álvaro Rodríguez-López Braun, miembro de una renombrada y amplia saga tinerfeña, se celebró en Tenerife el que aún se le bautiza como “El Combate del Siglo en Canarias”. El marco, por supuesto, fue la Plaza de Toros de Santa Cruz. Sombrita ponía en juego su título de España de los pesos superligeros ante su paisano Domingo Barrera Corpas “El Ciclón del Atlántico”. La fecha, 15 de junio de 1968. Ambos púgiles figuraban por aquel entonces entre los diez mejores boxeadores del peso superligero, según clasificación de la reconocida revista norteamericana “The Ring”, que dirigía Nat Fleischer. En el combate, disputado a la distancia de doce asaltos de tres minutos y que resultó muy interesante , se impuso la técnica y la habilidad de “Sombrita” al empuje y bravura de Barrera Corpas. El público, que llenó el tendido y el albero, brindó una prolongada ovación tanto al vencedor como al vencido.
(“Sombrita”, que nació en Santa Cruz de Tenerife el día 27 de febrero de 1934, disputó como profesional un total de 91 combates, una cifra excepcional. Su principal cota en este terreno fue haber disputado 1 Campeonato de Canarias, 15 de España ( en las categorías de pesos ligeros, superligeros y wélter) y 5 de Europa dentro de los pesos superligeros. Falleció, por secuelas de un accidente laboral, el 18 de enero de 1993. Fue muy querido dentro y fuera del cuadrilátero. Tenerife le honró poniéndole su nombre a una calle santacrucera.)

Don Álvaro Rodríguez-López Braun, siempre inmune al mareo de la popularidad, jamás quiso ser protagonista de sus encomiable acciones deportivas. En su momento, la Federación Tinerfeña de Boxeo, que presidía Manuel Ramos Molina, le concedió la Medalla de Oro.