Daniel Pi
@BastionBoxeo

Salvo en el improbable caso de un empate o un no contest, este viernes en el Casal Cultural y Recreativo de Castellbisbal el boxeo español verá el encumbramiento de una nueva campeona de Europa en el peso gallo, siete años y nueves meses después de que la madrileña Soraya Sánchez lograse tal cetro ante Nadege Szikora. Y es que la exretadora mundial manresana Melania Sorroche (13-2-2, 2 KO) y la invicta palmense Davinia Pérez (6-0, 1 KO) se enfrentarán como coaspirantes por el máximo cinturón continental en los 53,5 kg, que se encuentra vacante. Melania Sorroche ha pesado 52,500 kg y Davinia Pérez el límite, 53,500 kg (en la foto, Pérez a la izquierda).

Este duelo certifica la hegemonía española en la división del peso gallo en el ámbito europeo femenino, puesto que de los cinco combates titulares por dicho cinto que ha habido desde 1999, o dicho de otro modo, en toda la historia de la categoría en la EBU, en los tres últimos, incluido el de este viernes, han participado boxeadoras de nuestra nacionalidad.

Recordemos que este campeonato viene precedido por el que sostuvieron en diciembre la misma Sorroche y Ashley Brace en Reino Unido, también por la corona vacante, y en el cual un inaceptable error al sumar las cartulinas de los jueces supuso que la visitante, a la que se le había alzado el brazo y situado en su cintura el título, se viese esperpénticamente desposeída minutos más tarde. Todo ello sin pasar por alto que el veredicto de empate dado finalmente como oficial es cuestionable (sobre todo por la tarjeta de 97-93 a favor de Brace), pareciendo la victoria de Sorroche el resultado más justo. En cualquier caso, el encuentro de desquite entre ambas no llegó al rechazar dicha opción Ashley Brace, que ha descendido al peso supermosca.

Por su parte, Pérez tampoco se libró de la polémica en su última subida a un ring, pero en este caso no como perjudicada, ya que su victoria por decisión dividida y dispares puntuaciones del pasado octubre ante Jorgelina Guanini, combate contendido en el que la argentina pareció merecer el triunfo, supuso que el WBC, ante las protestas de Maravillabox y de la Federación Argentina, revisase la pelea y decretase una revancha, que terminó por no materializarse de forma inmediata ante esta oportunidad de pelear por el cinto europeo.

Dejando de lado ya el pasado y centrándonos en el presente y en el futuro, ambas se encuentran ante una estupenda oportunidad no sólo de lograr uno de sus mejores triunfos y el mayor cetro de sus carreras hasta la fecha sino de poder situarse a muy poca distancia de la disputa del mundial. Por lo general, los organismos posicionan muy bien a las púgiles que poseen un cinto continental, especialmente el OPBF y el europeo, y ambas ya aparecen en las clasificaciones mundiales, siendo Sorroche 9ª WBA y 18º WBC mientras Pérez es 13ª WBC, por lo que la ganadora debería escalar al top 5 y situarse a la espera de una antesala mundialista.

Respecto al desarrollo de la pugna, es de prever que la agresiva Sorroche trate de presionar con extrema firmeza para buscar encerrar y hostigar con sus golpes de poder a una Pérez que probablemente se verá obligada a contragolpear con sus directos e intentar contestar con el uppercut y el croché diestro a los hooks con variación de altura de su oponente. Quien partirá como favorita será Sorroche, que cuenta con una enorme ventaja en experiencia, adquirida ante oponentes de la talla de las campeonas Mayerlin Rivas (ante la que ofreció una estupenda actuación pese a la derrota) y Galina Koleva. Además, posee casi el triple de combates y de rounds disputados, a lo que se debe sumar ventaja en altura y su condición de local (peleará a menos de 40 km de Manresa), sin poder pasar por alto que Pérez deberá descender desde el peso supergallo en el que pugnó en su último duelo.

Sea como sea, ante la ocasión de coronarse campeona de Europa, es de esperar que Pérez ofrezca un mayúsculo esfuerzo a la vez que trata de contrarrestar el empuje de una Sorroche que siempre cuenta con un estado físico formidable y que estará deseosa de enterrar la frustración provocada por su reciente decepción, de modo que parece que el choque está destinado a desembocar en una intensa y emocionante pugna.