Daniel Pi
@BastionBoxeo

Pocas sensaciones hay más frustrantes para un campeón mundial libre de lesiones y problemas contractuales que ver que toda la división en la que milita se mueve a su alrededor mientras él queda al margen. Esto es precisamente lo que ha experimentado el monarca IBF del peso ligero Robert Easter Jr. (20-0, 14 KO), que desde el primer momento ha sido excluido de los planes de Mikey García, Jorge Linares y Terry Flanagan, quienes a su vez se retaban entre ellos o han buscado encuentros en la división superior.

Especialmente crispantes resultaron para Easter las palabras de García, que señaló que prefería al ruso-kazajo Lipinets por ser esta una opción más lógica desde el punto de vista económico, puesto que, según él, su compatriota no tiene suficientes fans. En respuesta a ello, Easter comentó: “Es una excusa barata. ¿Yo no tengo suficientes fans? Sin faltarle al respeto ¿Qué tiene Lipinets? Todo el mundo sabe que eso no es verdad, tengo fans por todas partes. No hubiese importado que peleásemos en una habitación vacía. Si el dinero es bueno y el contrato también, entonces tendríamos que pelear. Si yo suponía una pelea tan fácil, el combate se hubiese hecho con la oferta que se le hizo a Mikey. No tienen sentido todas esas excusas”.

Al margen de lo sucedido con García, la verdad es que no son muchos los boxeadores interesados en medirse a un peso ligero con 1,80 m de altura y 1,93 m de alcance, con potente pegada y buena técnica, no ayudando tampoco que su promotor sea un Adrien Broner que no tiene experiencia en este ámbito ni otros boxeadores destacados en su escuadra y que a duras penas sabe cómo manejar su propia carrera o su vida personal.

Estando así la situación, Easter al menos evitará la inactividad, a la vez que participa en un evento que centrará mucha atención, de la mano de su mánager Al Haymon, que le ha situado en la que en principio iba a ser una defensa voluntaria ante Javier Fortuna (33-1-1, 23 KO) en el semifondo del Spence-Peterson, evento organizado por DiBella Promotions y televisado por Showtime desde el Barclays Center de Nueva York (Estados Unidos). De todos modos, como el aspirante ha fallado en la báscula, el duelo, aunque seguirá adelante, no tendrá el cetro de Easter en juego.

Si el combate entre ambos se hubiese producido en 2016, habríamos estado ante un duelo abierto entre imbatidos boxeadores, pero como no se produjo en ese momento y sus trayectorias han seguido caminos muy dispares desde entonces, Easter partirá como claro favorito. Y es que, después de su emocionante combate ante Commey, el monarca ha logrado sólidas victorias ante Luis Cruz y su retador oficial Denis Shafikov, mientras que Fortuna sufrió una derrota contra pronóstico en el undécimo asalto ante Jason Sosa, tropiezo seguido por victorias ante rivales con récords engañosos y por un trabajado triunfo ante un Omar Douglas sin experiencia profesional de calidad pero que logró derribarle en el comienzo y le obligó a agarrarse mucho en el último tramo.

Lógicamente, dado que Fortuna participará en una de las más importantes carteleras de su trayectoria, su esfuerzo debería ser notable, pero basta con tener en cuenta los factores físicos para ver que encontrará dificultades enormes por sus 12 cm menos de estatura y su desventaja en alcance de 19 cm. Además, recientemente ha mostrado problemas de encaje que podrían reaparecer bajo los duros golpes de poder de Easter, que pasa también por un momento claramente mejor. Por ello, aunque las apuestas no están totalmente volcadas del lado del campeón y Fortuna es un púgil muy hábil que podría generar problemas por su inmensa velocidad, dinamismo y heterodoxia, será muy complicado que Easter, que asegura que aprovechará mejor que ante Shafikov sus ventajas en estatura y envergadura, no pueda imponer sus tensos directos para hacerse con una solvente victoria. Mas aun teniendo en cuenta que Fortuna, en un estado de forma cuestionable, peleará por primera vez en torno al límite del peso ligero, algo que podría mermar su rapidez, condicionando su efectividad, su despliegue táctico en el choque y su constancia durante el mismo.

Como se ha dicho, en el paso por la romana, Fortuna, aunque ascendía de categoría desde el peso superpluma, no pudo dar el límite de 61,2 kg al primer intento, marcando 62,051 kg, por lo que se le dieron dos horas para bajar el exceso. De todos modos, la espera fue baldía, ya que en la segunda tentativa dio 61,869 kg. Por su parte, Easter no tuvo problemas para dar 61,008 kg.