Daniel Pi
@BastionBoxeo

Han transcurrido cinco meses desde que el australiano Jeff Horn (17-0-1, 11 KO) catapultó su carrera con una victoria sobre Manny Pacquiao que casi nadie esperaba, pero son muchos los que todavía no pueden creer este resultado, ya sea porque piensen que el filipino se vio afectado por una decisión totalmente localista o porque crean que éste ofreció una actuación muy por debajo de las expectativas. Sea como sea, el caso es que Horn es visto por un amplio sector de expertos y aficionados como un campeón circunstancial, un afortunado púgil que por una buena conducción combinada con una injusticia logró un puesto que consideran que no merece.

Por ello, aunque ha vivido meses en los que ha disfrutado de grandes homenajes y alabanzas en su país, ha llegado el momento de que comience a consolidar una legitimidad en su reinado como campeón WBO del peso wélter, algo para lo que se pretende empezar a construir la base con una primera defensa de su cinturón, si bien la elección de rival realmente no permitirá que su consideración se vea demasiado alterada para bien.

Y es que el aspirante para esta puesta en juego voluntaria, que realizará el miércoles en el Convention & Exhibition Centre de Brisbane (Australia), será el británico Gary Corcoran (17-1, 7 KO), que es uno de tantos boxeadores que han logrado una oportunidad mundialista de forma cuestionable y habiendo sido elegidos más por sus carencias que por sus virtudes. Sin una victoria sobre un top 15 o un boxeador de nivel alto, Corcoran sólo ha logrado un par de triunfos meritorios dentro del ámbito británico (Rick Godding y Danny Butler), no habiendo convencido en varias de sus peleas y habiendo mostrado un boxeo poco profundo, con total predominio de los golpes rectos sobre los curvos, que usa insuficientemente, entre otras cosas, porque es consciente de su mal desempeño en la distancia corta. Así, en su único combate ante un oponente verdaderamente destacable, en julio de 2016 ante el campeón británico Liam Williams, no pudo evitar ser derrotado por nocaut técnico en el undécimo asalto.

Por si todo esto fuese poco, además, tras su citada derrota, Corcoran decidió descender al peso wélter desde el peso superwélter, cosa que parece haber disminuido su rendimiento y que en su última subida a un ring en julio se tradujo en muchos problemas para conseguir una victoria por decisión dividida muy polémica sobre Larry Ekundayo, con mucho menos bagaje como profesional y con limitada proyección.

En conjunto o analizando por separado cada ámbito, Corcoran parece estar bastante por debajo de Horn, que es más rápido, más potente, más preciso, posee un superior juego de piernas, un boxeo más versátil y tiene más capacidad para ser decisivo con sus acciones. Desde el equipo de Corcoran se ha intentado desestabilizar al titular señalando que es un boxeador tramposo (afirmación que ni mucho menos son los únicos que apoyan) y creando tensión en la conferencia de prensa, pero no parece que estos trucos vayan a ayudar en lo más mínimo a que el visitante, con sus limitaciones, pueda hacerse con el triunfo.

Dejando al margen que quizás la pugna podría embarrarse por la tendencia al clinch del británico y las embestidas del australiano, que podría dejar nuevamente algunos choques de cabeza peligrosos, en principio el desarrollo del combate debería ser similar al que el primero disputó ante Williams, intentando Corcoran manejar la presión de su adversario desplazándose e insistiendo con el jab y eventuales derechas a la espera de la ocasión para tomar la iniciativa.

Con todo, dado que Horn acorta los espacios con facilidad, es mucho más efectivo con las entradas y salidas, gestiona mejor la distancia, posee una superior pegada y mayor variedad en el golpeo debería poder imponerse con claridad, algo que resultará imprescindible para poder alcanzar en buenas condiciones el enorme combate que le llegará a continuación. No hay que pasar por alto que la WBO designó como aspirante obligatorio al cetro del peso wélter a Terence Crawford, que iniciará su andadura en dicha categoría tras capturar todos los cetros del peso superligero, por lo que “The Hornet” se verá obligado a ganar de la forma más sólida e impresionante posible para intentar enviar un mensaje de advertencia y tratar de mostrar que tiene alguna posibilidad ante el estadounidense, opciones que la gran mayoría no le dan.

Aunque será amplio favorito para imponerse en su duelo del miércoles, Horn ha añadido algunas dudas de última hora al sufrir inesperadamente para acercarse al peso wélter (66,7 kg), teniendo que perder cuatro kilogramos en un corto espacio de tiempo para ajustarse al límite, cosa que podría afectar su actuación. De todos modos, él y su equipo se muestran confiados en que podrán compensar los sobresfuerzos con una adecuada rehidratación.
A pesar del contratiempo, Horn dio en la báscula 66,520 kg y Corcoran 66,470 kg, por lo que todo está listo ya para su enfrentamiento.