Daniel Pi
@BastionBoxeo

Por el momento, cada pelea que ha disputado el japonés Daigo Higa (14-0, 14 KO) ha terminado de la misma manera: con sus oponentes vapuleados y batidos antes del límite. Puede que durante sus nueve primeras subidas a un ring esto llevase a cuestionar más el nivel de oposición al que tenía que hacer frente que a alabar su propia pegada, pero una vez que noqueó en cuatro asaltos al duro filipino Diale, por la corona continental OPBF, se hizo evidente que Higa posee una potencia de golpeo que va más allá de lo común entre los noqueadores de la división, algo que quedó finalmente ratificado en su coronación como campeón mundial WBC del peso mosca, desarbolando en seis rounds al habilidosísimo Juan Hernández, y en su primera defensa, en la que arrolló en siete asaltos al enrachado campeón de Europa Thomas Masson.

Tras este último triunfo, la pregunta no era ya si Higa tiene el potencial para ser una brillante estrella de las divisiones inferiores, sino quién estaba dispuesto a correr el grandísimo riesgo de desplazarse a Japón para enfrentarse a este titular de tan sólo 22 años y que todavía sigue mejorando su boxeo. El reto ha sido aceptado por un púgil del que se puede cuestionar su rendimiento reciente pero no su valentía o su afán de agrandar su palmarés, siendo éste el mexicano Moisés Fuentes (25-4-1, 14 KO), excampeón mundial del peso mínimo que no ha dudado en viajar a Puerto Rico para combatir con Iván Calderón, a Filipinas dos veces para batirse con el entonces número 1 minimosca Donnie Nietes y, más recientemente, también a Japón para combatir con un Kosei Tanaka de fulgurante carrera.

Higa y Fuentes se verán las caras este domingo en el Okinawa Prefactural Budokan de la ciudad de Naha (Japón) en una defensa voluntaria en la que el monarca será claro favorito. Obviamente, Fuentes es un boxeador cuya valía está más que demostrada, entre otras cosas por su victorias ante Francisco Rodríguez y Oswaldo Novoa y su controvertido empate ante el imbatido Nietes, pero en los últimos tiempos su nivel no se ha mantenido en el rango que una vez tuvo. Como muestra de ello no hay que mirar tanto la derrota en cinco asaltos ante el móvil Tanaka como su inesperado tropiezo ante un Ulises Lara que, a pesar de haber logrado algunos éxitos contra pronóstico en su carrera, está muy por debajo del nivel de la cumbre mexicana y, por lo tanto, de la mundial. Además, en esa contienda Fuentes no se vio simplemente sorprendido sino que su estado físico-anímico y su falta de resolución resultaron más que preocupantes.

Es del todo cierto que en su última subida a un ring, en octubre, Fuentes se desquitó de esta anterior mala actuación venciendo en el primer round al mismo Lara, pero con ello no se pudo apreciar si ha resuelto sus problemas cuando la pugna entra en su fase crucial y la adecuada ejecución táctica decide el choque. Sea como sea, aunque la duda puede persistir, lo que marca la diferencia en este campeonato es el impresionante momento por el que pasa el monarca nipón, que está siendo capaz de ofrecer un ritmo combativo apabullante y que no pierde ocasión para castigar con extrema severidad a sus contrincantes ante la más mínima oportunidad. En este escenario, Fuentes sólo tiene dos opciones: o busca plantar una resistencia épica que, más allá de los aplausos por su coraje, se traduciría en verse noqueado, o trata de abrir el ring para, dinámicamente, usar su ventaja en altura y en alcance al contragolpe. Lógicamente, esta segunda estrategia sería la más conveniente y en ella el mexicano podría encontrar la manera de sobrellevar los temibles comienzos de Higa, pero si Hernández, uno de los tres boxeadores más veloces y ágiles de la categoría, no pudo evitar los golpes de poder del local, será sumamente difícil que pueda conseguirlo un Fuentes que tiende a buscar el cruce de golpes, que no es el mejor púgil peleando sin iniciativa y que desde el punto de vista físico no parece haber hecho la transición del peso minimosca al mosca de la mejor manera posible.

Con 50,800 kg (límite de la división del peso mosca) por parte de Higa y 50,600 kg por parte de Fuentes, el pesaje fue cumplido satisfactoriamente.