Darío Pérez
@Ringsider2020

Espectacular. El Campeonato de Europa superpluma fue, con alta probabilidad, el mejor combate desde que volvió el boxeo, hace ya tres meses. El francés Samir Ziani (32-3-1, 7 KO) se impuso al local Alex Dilmaghani (19-2-1, 8 KO) en Inglaterra, con lo que conservó su cinturón europeo superpluma.

El pleito comenzó con ambos en la corta distancia, con intercambios duros en el centro del ring y ligera iniciativa de Ziani. Ninguno parecía rehuir el cuerpo a cuerpo, dando la impresión de que no dañaban al rival por el escaso recorrido de los golpes. La mayor actividad y velocidad del campeón se veía contrarrestada por la contundencia de las manos de Dilmaghani, que impactaba con dureza. A mitad del combate, cuando Ziani parecía algo cansado y bajaba la frecuencia de sus manos, Dilmaghani sufrió un corte bajo un párpado producido por un codazo, lo que pareció reactivar al francés.

Ninguno de los contendientes acusaba la entrada en los últimos asaltos ni quería ceder la iniciativa al adversario, probablemente conscientes de lo cerrado que podían llevar los jueces sus cartulinas.
Casi como la película protagonizada por Elizabeth Taylor: De repente, el último asalto. La apoteosis, el final merecido tras un enorme y constante equilibrio de fuerzas. Una terrible combinación de Samir Ziani tiró a Alex Dilmaghani, que cayó contra las cuerdas inferiores; el árbitro, en una nefasta decisión, no realizó conteo, lo que pareció espolear al galo.

Otra ráfaga de golpes hizo caer de nuevo al inglés, y el tercer hombre ya no tuvo más remedio que contar. Con Dilmaghani tocado, la acción se repitió por una tercera vez, y el local se levantó con tal torpeza que el árbitro detuvo las hostilidades, a solamente cinco segundos de la campana final.

Gran victoria de un Ziani que demostró frecuencia de golpes, garra y un segundo aire que desmanteló a Dilmaghani en los últimos minutos del combate.

En la pelea de semifondo, lo esperado. Isaac Chamberlain (12-1, 6 KO) ganó por KO Técnico a Matt Sen (5-3, 1 KO) tras demostrar, en menos de un minuto, la enorme diferencia entre ambos púgiles. El árbitro paró el encuentro por la manifiesta inferioridad de Sen, que no mostraba oposición alguna ante los golpes de Chamberlain.