Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui

En absoluto. Este fin de semana descubríamos los premios de uno de los torneos más importantes del tenis mundial, el Abierto de Francia, Roland Garros, gran competición de uno de los deportes con más aficionados del planeta.

Rafael Nadal, el mejor tenista de la historia junto a Roger Federer en cuanto a número de títulos, recibió por su 13º título de Roland Garros la buena suma de 1.600.000 euros, mientras que el finalista Novak Djokovic recibió 850.000 euros. No está mal.

Pero en uno de los grandes combates del año, aunque no «un combate del siglo», el ucraniano Vasyl Lomachenko recibirá 3.000.000 de euros y el, podríamos llamar finalista, Teófimo López, 1.000.000 para su próximo combate de unificación del peso ligero, cifras claramente superiores a las de los principales protagonistas de un deporte con mayor seguimiento.

¿Esto qué significa?, pues que el boxeo mueve mucho público, mueve mucho dinero, y que no puede envidiar a ninguna disciplina deportiva. Los grandes gladiadores del ring ganan lo que merecen y es evidente que sus bolsas son superiores a las mejores del resto de deportes, podríamos llamarle sin exagerar el deporte rey en cuanto a cifras económicas. Solo faltaría redondear con que el dinero se repartiera mejor en muchos más países y no solo en Estados Unidos o Gran Bretaña.

En España vemos que el boxeo camina con dificultad para poder pagar a los boxeadores los consensuados emolumentos, que no varían con el paso de los años. Desgraciadamente para nuestro país cuesta remontar, pero en los grandes combates mundiales el boxeo no se acompleja con ningún deporte.

Es cuestión de esperar, o de soñar, la evidencia nos indica que no deberíamos andar lejos de conseguir una mejora paulatina en España. Ojalá.