Hoy comenzamos una nueva sección de vídeos, dirigida por Alfonso Feal, en la que encontraremos grandes peleas de todos los tiempos para que los aficionados puedan disfrutar todos los fines de semana en Espabox.
También los lectores pueden dejar sus comentarios abajo de esta página y compartir sus impresiones con los demás aficionados.

Hoy comenzamos con un combate histórico, pero antes hay que leer la interesante previa:

LA PREVIA (PERICO FERNÁNDEZ-SAENSAK MUANGSURIN II)
por Alfonso Feal

El 17 de junio de 1977 se celebraba en Madrid el combate de revancha entre Perico Fernández y Saensak Muangsurin con la disputa del titulo mundial WBC superligero.
La pelea venia rodeada de una gran expectación y controversia, después del primer combate que ambos disputaron en un caluroso día de junio de 1975, en el Hua Mark Stadium, Bangkok, la capital tailandesa.

En esta primera pelea el campeón era Perico, que defendía el titulo logrado meses antes ante Lyon Furuyama, y retenido ante Joao Henrique en Barcelona. La pelea se celebró en unas condiciones infernales de calor y humedad, pero la pegada, experiencia y habilidad estaban de parte del español, por lo que estaba confiado en poder defender el titulo con éxito.
Por el contrario, Muangsurin esperaba ser temible en los primeros asaltos, y  el ambiente era de encerrona. Muangsurin fue subido al numero 6 del ranking con solo dos peleas profesionales, aunque tras noquear al japonés Furuyama y con un gran bagaje en el boxeo tailandés.

Perico empezó muy bien, en campeón, pero de repente en el 5º desapareció del ring, lo que aprovechó el thai para empezar a meter sus ganchos, que penetraban en la guardia de Perico.
En el 7º la nariz del español empezaba a sangrar, y lo que nadie imaginaba sucedió: Perico abandonaba en el 8º.
El vestuario español era un manicomio, gritos, insultos, amenazas, excepto Perico, que permanecía impasible, » me ahogaba, no podía continuar», acertaba a decir. Esto provocó que a su llegada a España la afición la tomara con él porque pensaban que podía haber hecho mucho más. Este combate hizo que desapareciera de los rankings, que fuera sancionado, y que tuviera que volver a empezar de cero.

Perico, un hombre siempre tranquilo, confiado en si mismo, que desprecia al rival, para esta revancha está muy nervioso. Parece preocupado, «este condenado de chino me tiene preocupado, es muy duro», decía Perico.
La preparación, a diferencia de la primera, fue normal, un mes en Zaragoza y otro mes en Madrid. A Muangsurin se le «bombardeó» bastante con el problema del peso. Ya se sabía que la impresión es que está con unos dos kilos por encima del limite de los superligeros. Esto, por otra parte, no es novedad. Ni sería novedad que consiguiera quitárselos antes del pesaje del día de la pelea.

Las bolsas fueron repartidas de la siguiente manera, Muangsurin, el campeón, se embolsó por esta revancha 8 millones de pesetas, mientras que Perico solo cobró 1.200.000 pesetas, nada en comparación con los más de 5 millones que cobró por la primera.
El tailandés rebosaba optimismo en lo tocante al desenlace deportivo de su combate con Perico. Volvió a repetir que el español caería entre el tercer y noveno asalto, «Los dos primeros me los tomaré a broma. A partir del tercero comenzaré a boxear. Lo único que me preocupa es el hijo de Perico, ¿qué será de él si mato al español?» fanfarroneaba Muangsurin.

La pelea había despertado una enorme expectación, sobre todo por tratarse de una lid entre dos pegadores.
Hubo muchos nervios en los dos rincones. Perico, con 61 kílos, escondía dentro de su aparente frialdad el respeto que le causaba el adversario. El campeón, con abundantes desplantes al principio y una sonrisa conejil, demostraba saber que enfrente tenía a uno de los pocos púgiles que le pueden plantar cara en el mundo. Muangsurin se presentó con 63,5 kilos, y tras haber quemado en los últimos días los kilos de más con que llegó.

El ambiente era electrizante en el Palacio de los Deportes de Madrid, con un lleno a rebosar. Fue una noche de ambiente excepcional. Hasta el árbitro, el norteamericano Jay Edison, contribuyó a dar a la velada un ambiente deslumbrante y caldeado. Las bolsas millonarias, los 8 millones de espectadores por tv, la afluencia masiva de público, el aire ingenuo de perico, el displicente y casi humorístico de Muangsurin, el recuerdo de aquella primera pelea, las derrota en el segundo asalto de Miguel Velázquez ante el tailandés, y el espíritu de revancha, eran atractivos para el espectador.

«La sombra del diablo», un púgil excepcional, que se ha ganado el respeto de todos, en tan solo 9 peleas de profesional constituía una amenaza para Perico.
Era un combate entre dos killers, dos pegadores rabiosos por demostrar su superioridad. Muangsurin subía con más peso que Perico, podría ser importante.
Sin más preámbulo, os dejamos con este excitante combate. Una joya histórica del boxeo español, que nadie puede perderse.