Jaime Lera
@BravidoLera

No nos referimos a ningún combate, a pesar de que a lo largo de los años ha habido decisiones escandalosas, sino a la desaparición de una importante parte de la historia y el legado del boxeo.

Ha pasado poco más de un año desde este robo. En la madrugada del 5 de noviembre de 2015, seis cinturones de campeón del mundo fueron robados del Salón de la Fama Internacional de Boxeo en Canastota, Nueva York, cuatro pertenecientes a Carmen Basilio, campeón del mundo del peso wélter y medio y dos al dos veces campeón de los medios Tony Zale.

Más de 365 días en los que los aficionados al boxeo y sobre todo los familiares de estas leyendas del pugilismo han estado privadas de estos trofeos que representan todo el esfuerzo, coraje y sacrificio que necesitaron para obtenerlos, y ahora, en vez de estar expuestos en una de las salas principales del Hall of Fame, se encuentran en paradero desconocido

No solo son cinturones, son el legado de dos boxeadores formidables en una época en la que los mejores peleaban entre ellos, una época en la que tener la corona de campeón de verdad significaba algo, no existía la actual proliferación de organismos, ni campeonatos del mundo regulares, ni interinos, ni todas estas moderneces que poco a poco están minando el boxeo. Un único cinturón, que demostraba que eras el mejor.

La investigación del robo está siendo dirigida por la policía de Canastota en colaboración con el FBI, ya que se cree que fue una banda organizada de ladrones profesionales y estiman que los seis cinturones en conjunto podrían tener un valor de unos 273.000 euros.
Se ofrece una recompensa de más de 18.000 euros además de artículos firmados por Mike Tyson, que creció viendo las peleas de Zale y Basilio, y que se ha involucrado personalmente en la recuperación de tan históricos trofeos.

Los títulos de The Ring han sido entregados desde la fundación de la revista en 1922, aunque no siempre de forma física. Su primer campeón fue el monarca de los pesos pesados Jack Dempsey. A partir de ahí, a cada campeón de cada peso se le ha entregado un cinturón hasta la década de los 90, donde se dejaron de emitir hasta 2001, pero ya no tenía la misma importancia. Antaño estaba relacionado con el campeonato lineal, para ganarlo había que vencer al vigente campeón, y solo se podía disputar si estabas ranqueado entre los tres primeros.

Los cinturones robados los ganaron después de algunos de sus combates más históricos, los de “El hombre de acero” después de que se proclamara campeón del mundo por primera vez contra Georgie Abrams en 1941 y cuando puso fin a la gran trilogía con Rocky Graziano en 1948 en el tercer asalto con su más célebre combinación, derechazo al corazón y croché de izquierda al mentón.
Los de Basilio, después de sus victorias contra Billy Graham, Tony DeMarco, Johnny Saxton y su gran triunfo ante Sugar Ray Robinson, que fue nombrada pelea del año en 1957. Al año siguiente volvieron a protagonizar el combate del año pero esta vez con triunfo de Robinson. Fueron dos grandes combates que han pasado a la historia.

La popularidad de estos boxeadores era increíble, eran muy queridos y respetados por todo el mundo. Basilio, que se crio siendo un granjero recogiendo cebollas, era conocido por ese apodo hasta que por sus triunfos dentro del cuadrilátero y su lucha contra la mafia del boxeo sus paisanos le empezaron a llamar “El campeón del pueblo”. Tony Zale iba a interpretarse a sí mismo en la película “Marcado por el odio” (Someone up there likes me), un film biográfico que trata sobre la vida de Rocky Graziano, también campeón del mundo del peso medio, pero se dice que fue reemplazado porque en uno de los ensayos noqueó a Paul Newman que interpretaba a Graziano.

El robo ha afectado mucho a los habitantes de Canastota, ya que Carmen Basilio y su sobrino Billy Backus, que también fue campeón del wélter, eran de este pueblo e inspiraron a sus vecinos para construir el Salón de la Fama en esta localidad. Basilio fue uno de los elegidos en el año de apertura en 1990, junto con Joe Louis, Muhammad Ali, Rocky Marciano y Jake LaMotta entre otros.

Zale entró al año siguiente y el robo de sus cinturones ha sido un golpe bajo especialmente para sus familiares, ya que según dijo el sobrino de Tony, Ted Zale, antes de morir el hombre de acero quiso que sus cinturones fuesen expuestos para poder inspirar a la gente y que fuesen un ejemplo para las futuras generaciones. También era una manera de agradecer a los fans todo el apoyo que siempre le brindaron.

Ahora es su sobrina nieta, Haley Zale, la que ha organizado una campaña para dar a conocer este robo y para que cualquier información relativa a la recuperación de los cinturones se comparta en la página de facebook “Bring Back The Belts”

Llevan demasiado tiempo desaparecidos. Esperemos que pronto estos cinturones regresen a donde corresponde, un lugar de honor en el Hall of Fame, donde los aficionados de todo el mundo puedan verlos y recordar todas las históricas hazañas que estos grandes boxeadores lograron sobre el cuadrilátero.