Daniel Pi
@BastionBoxeo

La pasada madrugada el campeón mundial WBC del peso supermosca Juan Francisco “El Gallo” Estrada (40-3, 27 KO) (en la imagen) afrontaba una puesta en juego voluntaria que estaba ideada como una fiesta ante su público, ya que volvía a combatir en su país tras cinco peleas sin hacerlo. En tal ocasión, Estrada, número 1 de la división, no falló y, en el repleto Centro de Usos Múltiples de Hermosillo (México), logró una victoria por KOT en el noveno episodio ante el retador estadounidense Dewayne Beamon (16-2-1, 11 KO), que no pudo con la clase y la destreza del local.

El monarca arrancó de manera positiva lanzando su jab, su uno-dos y su gancho zurdo arriba y abajo ante un Beamon que trató de conectar y conectó su directo diestro. Pese a este acierto momentáneo, las cosas se le pusieron muy cuesta arriba a Beamon en el segundo asalto, en el que padeció dos cuentas: la primera al ser alcanzado por un gancho zurdo cuando tenía las piernas mal colocadas y la segunda al recibir (después de encajar un uppercut diestro) un curvo descendente claramente en la parte trasera de la cabeza.

Por si los dos knockdowns no fuesen condicionantes suficientemente negativos para Beamon, éste además fue estremecido en el tercer episodio por un Estrada que se mostraba afiladísimo tanto con sus combinaciones en arremetidas como con calculados contragolpes.

De todas formas, Beamon no renunció a la victoria y siguió presionando, lanzando derechas e intentando enlazar curvos en corta, aunque la excelencia defensiva de Estrada se dejó notar una y otra vez a través de sutiles esquivas contra las cuerdas con movimientos de cintura y de hombros que hicieron errar muchas manos al estadounidense. No obstante, si bien Beamon se frustró y se cansó por su ineficaz trabajo, Estrada padeció también un bache en su rendimiento en torno a la mitad, pareciendo, como en otras peleas anteriores, que a falta del segundo aire se había quedado un tanto sin piernas, por lo que tuvo que mantenerse de más contra el ensogado, cosa que intentó disimular con algún gesto fanfarrón.

En cualquier caso, la superioridad en precisión del astuto Estrada era demasiada, de modo que en el séptimo round volvió a estremecer a un Beamon alcanzado con directos y crochés y que, pese a su notable valentía y a su tenaz esfuerzo, fue considerablemente castigado en el octavo round. Este fue el principio del fin para Beamon, puesto que en el noveno asalto, tras volver a ser sacudido y llevado contras las cuerdas, el árbitro intervino y detuvo el choque.

Durante bastantes minutos Estrada puso de manifiesto las cualidades que le han servido para que muchos le consideren un top 10 de todos los pesos y el mejor boxeador mexicano de estos momentos, quitándose manos sin esfuerzo pero con enorme clase, dosificando la fatiga y anotando manos de una gran eficacia ante un rival por debajo del nivel de la élite en cuanto a técnica y pegada pero muy fuerte. El mayor pero de Estrada en el combate fue volver a padecer un bajón físico perfectamente perceptible, cosa que le podría pasar factura ante los máximos exponentes de la división a los que se quiere medir. Sin embargo, pretendiendo enfrentarse a continuación en unificación a un manojo de inconsistencia boxística como el campeón WBA Khalid Yafai, su gestión de los tiempos, sus recursos elusivos y su gran uso de las combinaciones deberían bastarle a Estrada para poder culminar con éxito su objetivo.