Carlos Utrilla
@CJBoxing

El boxeo profesional español vive una etapa de cambios. En los últimos años se está produciendo un renacer: crece el número de practicantes y de veladas, una generación de púgiles nos hace soñar con éxitos a nivel europeo e, incluso, al siempre exigente nivel mundial. Sin embargo, estos indicios de recuperación no vienen acompañados por una modernización a nivel organizativo. Todo lo contrario: existe un terrible anquilosamiento que amenaza con frenar la evolución de nuestro boxeo.

El ciclo olímpico se abría con la llegada a la presidencia de la FEB de D. Antonio Martín Galán, que seleccionaba a D. Jorge Arévalo para llevar el profesionalismo. Con ideas mejores y otras peores, Arévalo aportó movimiento, acción, ganas de trabajar. Su salida, en febrero de 2015, llevó a una reestructuración, nombrándose presidente del CBP (Comité de Boxeo Profesional) a D. Alfonso Redondo, aunque en la sombra se adivina la figura del propio presidente FEB.

A partir de este momento, el caos más absoluto se apoderó del boxeo profesional español. Decisiones erróneas, quebrantamiento continuo del reglamento, permanente conflicto de intereses con las Federaciones Territoriales…

Difícil situación en los organismos del boxeo

Desde la salida de Jorge Arévalo (febrero de 2015), España no ha tenido representante en la EBU (European Boxing Union). Nadie en el CBP se ocupa de que los púgiles entren y asciendan en listas, que no los saquen de ellas tras alguna derrota, que les nombren aspirantes. Deben ser sus mánager que, lógicamente, en ocasiones no tienen el poder que una Federación.

Casos como el de Rubén Nieto quien, después de darlo todo en el ring para proclamarse campeón, fue abandonado a su suerte cuando la EBU aprobó la revancha directa con Lenny Daws, enseñan lo grave de la situación. La FEB propuso como representante a D. Bartolomé Torralba, hombre con experiencia… pero que durante años fue presidente de la EBA (European Boxing Association), rival de la EBU. Lógicamente, los miembros de la EBU lo tomaron como una ofensa y votaron en contra. España sigue sin representante.

En los organismos mundiales la situación no es mejor, pues dejaron de reconocer a los miembros de la FEB cuando esta presentó unos estatutos que desconocen a esos organismos. WBC, WBA, IBF y WBO abrieron comisiones de investigación y nombraron a sus propios representantes (Miguel de Pablos, Enrique Soria, Pedro García).

Títulos de España al primer postor

Desde las páginas de Espabox siempre se ha intentado reivindicar el título nacional; pero también dignificarlo. Sin embargo, el actual CBP tiene como misión recaudar el mayor dinero posible y eso implica que el título esté activo. Por ello, en el último año se han cometido multitud de irregularidades que vulneran una y otra vez el reglamento.

No se abren períodos para que los mánager presenten la candidatura de sus púgiles, se permite a boxeadores de récord negativo pelear por delante de otros interesados con mejor palmarés, se cierran campeonatos sin avisar y dar oportunidad al resto de interesados… el más absoluto CAOS, que ha llevado a que cada uno intente adelantarse al rival a cualquier precio. El primero que plantea una pelea y pone el dinero sobre la mesa, hace el título. Y con el agravante de que en la mayoría de ocasiones se le deja seleccionar el rival (y nadie quiere perder, es lógico).

La última moda: permitir todo

Pero quizá lo más alarmante es lo que ha ocurrido en el último mes y que ha puesto de manifiesto la indolencia de todos y cada uno de los miembros del CBP presidido por Alfonso Redondo. Ha sido esta página la que ha tenido que denunciar los graves hechos: casos como los de Vasile Sandu (que subió al ring cuando debía estar suspendido temporalmente por acumulación de KO), Hermin Isava (que peleó en Rusia sin poder hacerlo y todavía le daban el visto bueno a pelear nuevamente ¡5! días después), Miguel Micaelo (al que el CBP autorizó, contrariamente al reglamento, a boxear tres semanas seguidas) o el de Fabrizio Trotta (al que se le permitió pelear el pasado fin de semana cuando tiene una suspensión, por reiteración en el dopaje, que no concluye hasta 2018). Un deporte mirado con lupa en España no puede actuar de espaldas a las recomendaciones médicas.

CONCLUSIÓN

En alguna ocasión desde el CBP se han mencionado que la culpa está en la actuación de las federaciones territoriales, que no les avisan. El reglamento, al respecto, es claro:

  • “Todos los combates de boxeo profesional, deberán ser autorizados por el Comité de Boxeo Profesional de la F.E.B”.
  • “La Federación Autonómica enviará con 15 días de antelación a la F.E.B. el programa completo y la solicitud de Autorización del mismo”.
  • “Siempre que en la Reunión Pugilística tome parte un Boxeador extranjero, el Árbitro exigirá al Delegado Federativo para su actuación, LA AUTORIZACIÓN DE LA F.E.B., la cual habrá comprobado previamente que está autorizado por su país de origen”.
  • Sobre los permisos para que un español pelee en el extranjero: “Estos permisos se expedirán ÚNICAMENTE POR LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE BOXEO (Comité de Boxeo Profesional)”.

Por lo tanto, queda claro que es el CBP el máximo garante y el que debe hacer cumplir este reglamento. Otra cosa es si su personal no posee las cualidades suficientes para hacerlo ni las ganas de trabajar que se requieren (las de cobrar se presuponen).

Ante este espectáculo desolador, el presidente Antonio Martín Galán debería tomar urgentemente medidas. Mañana puede ser tarde.