Bonavena-Peralta

Julio González

El 22 de mayo de 1976 la prensa mundial anuncia el asesinato del boxeador argentino Oscar Natalio Bonavena “Ringo”. La noticia conmovió a Argentina y al boxeo mundial.
Ringo Bonavena era uno de los boxeadores más importantes de la historia del boxeo argentino, peso pesado sucesor del gran Luis Ángel Firpo. Había disputado el título mundial a Joe Frazier, realizando un gran combate, y se había enfrentado a todos los grandes pesos norteamericanos, Muhammad Ali, Ron Lyle, Floyd Patterson, Zora Folley, Leotis Martin…
En el momento de esta historia era el quinto mejor peso pesado del mundo.

Lo curioso es que unos meses antes de la muerte de Ringo existía un contrato firmado para que el argentino se enfrentara con nuestro campeón José Manuel Ibar “Urtain” en Madrid.
Todo comienza con una charla en una cafetería de Madrid, donde solía acudir Urtain y un famoso futbolista argentino, y hablando de Ringo y Urtain alguien dijo que sería interesante una pelea entre los dos. Un periodista argentino amigo de Ringo dijo que el argentino cobraría 30.000 dólares, que solía ser su cuota por combate, y el futbolista manifestó que no habría problemas por el dinero y que estaban en contacto.

Los hermanos Del Río, que llevaban la carrera de Urtain estaban de acuerdo y Urtain también. Posteriormente, las negociaciones se vinieron abajo al no mostrar interés los promotores de Mundial-Box.
La prensa nacional se enteró de los movimientos para montar la pelea y anunció la noticia. Entonces Mundial-Box vuelve a interesarse por el combate y regresa a las negociaciones. Pero entonces se produce un hecho que revoluciona todo lo hablado, interviene Alberto Lowell, el peso pesado que había derrotado a Urtain y que buscaba la revancha, diciendo que Urtain le rehuía.

Urtain, cansado de las tonterías de Lowell en prensa y televisión, anuncia la pelea Urtain-Lowell, pero un nuevo problema se presenta, Lowell no tiene la licencia en regla, ni reconocimiento médico y el combate también se cae, ni Bonavena-Urtain ni Urtain-Lowell.

Pero de nuevo salto la sorpresa y Mundial-Box presenta en la Federación los contratos firmados por Bonavena y Urtain para que la pelea se celebre. Interviene el empresario norteamericano Jarjam, relacionado con el Madison, que se puso en contacto con Luis Bamala para poder realizar los contratos sin problemas.

Luego la historia ya es sabida, la muerte de Bonavena impidió la celebración del combate.
Su asesino Williars Ross Brymer era el guardaespaldas de Joe Conforte, manager de Bonavena, y al parecer el día del asesinato de Ringo, este llegó al Club Mustang Rang, un prostíbulo de Nevada de la propiedad de Joe, con la intención de hablar con él. Bonavena no estaba de acuerdo con la forma que llevaba su carrera y estaba decidido a romper con el mánager. Willars detuvo al campeón argentino en la puerta impidiéndole el paso, pero Ringo desoyendo al guardaespaldas continuó, entonces este saco una escopeta Remington y disparó al púgil argentino.

El cuerpo de Bonavena llegó a Buenos Aires una semana después del asesinato y el velatorio se montó en el Estadio Luna Park, siendo venerado por muchos aficionados antes de recibir sepultura en el cementerio de La Chacarita de Buenos Aires.

En la actualidad, en Parque Patricios en Buenos Aires, enfrente al estadio del Huracán, del que era fanático, se encuentra una estatua en granito del boxeador erigida por el Club del Futbol de Huracán en su honor, y además una calle de la ciudad de Buenos Aires lleva su nombre.