Daniel Pi
@BastionBoxeo

De los actuales campeones del peso supergallo no hay ninguno que haya logrado victorias de tanto relieve y de forma tan contundente como el ghanés Isaac Dogboe (19-0, 11 KO), titular WBO que cuenta en su haber con un espectacular triunfo por KOT sobre el durísimo mexicano César Juárez y, en un definitivo salto al estrellato, con una victoria por KO ante el entonces invicto monarca Jessie Magdaleno, al que venció en Estados Unidos y ante las cámaras de ESPN para proclamarse campeón.

Obviamente, el titular WBA Daniel Román, con sus muy meritorios triunfos en Japón ante Kubo y Matsumoto, merece debido crédito, pero difícilmente podrían cuestionar la hegemonía de Dogboe un Rey Vargas (WBC) que no está brillando en absoluto ante oponentes, en teoría, no excesivamente complicados para su nivel y un TJ Doheny (IBF) recientemente coronado con una muy polémica victoria ante Ryosuke Iwasa.

Por ello, Bob Arum, que sabe que podría tener en sus manos la mayor estrella africana de los últimos tiempos y que es consciente de que el nivel de los monarcas de la división no es desbordante, pretende encaminar ahora a su boxeador a una unificación o, no pudiendo cumplir dicho objetivo, a los mayores duelos posibles en el peso supergallo. No obstante, antes de ello, y como es costumbre para la mayoría de boxeadores que dan sus primeros pasos como titulares, más aún teniendo sólo 23 años, Dogboe afrontará una primera defensa relativamente asequible, si bien su taimado promotor le ha situado delante a un púgil que le podrá dar muchas respuestas.

El retador será el duro japonés Hidenori Otake (31-2-3), un veterano boxeador, cuatro veces campeón nacional y cuatro veces también titular continental OPBF, que nunca ha perdido antes del límite y que señala que esta será su última oportunidad mundialista. Además de que Otake aguantó todos los rounds ante un boxeador fortísimo y muy contundente como Scott Quigg, por lo que en principio permitirá conocer al equipo del ghanés hasta dónde llega su pegada o su regularidad combativa, el nipón mide 1,72 m, o sea 15 cm más que Dogboe, que pasará un test complejo ante el top 15 de mayor altura al que jamás se ha enfrentado.

En cualquier caso, siendo la victoria más importante de la carrera de Otake la lograda ante un Kentaro Masuda por debajo del nivel de la élite japonesa y habiendo caído por una amplia decisión unánime en su mayor reto, el citado combate ante Quigg, el aspirante, que es mucho menos veloz y cuenta con muchos menos recursos que el monarca, tendrá dificilísimo no sólo conseguir el triunfo sino llegar a generar complicaciones críticas.

El retador asegura que su intención será contestar a la agresividad del invicto manteniendo los espacios, pero esto parece improbable que dé resultados tanto por el ímpetu de Dogboe como por la incapacidad para boxear en larga que ha mostrado Otake. Así, siendo el japonés un buen combatiente en la distancia media y corta, capaz de ofrecer un gran trabajo al torso, parece inevitable que si Otake quiere tener posibilidades finalmente termine por variar su táctica y busque cruces de golpes, en los que igualmente la precisión y la capacidad de contragolpear de Dogboe deberían decantar la pugna.

El campeón marcó en su paso por la báscula 54,900 kg, dando el aspirante 55,050 kg, así que no se superó el límite de la división del peso supergallo (55,300 kg).