Daniel Pi
@BastionBoxeo

El avance del azerí-ucraniano Artem Dalakian (19-0, 14 KO) hasta proclamarse campeón mundial fue una evidente promesa de éxitos y una demostración de capacidad para pelear contra la élite del peso mosca. Y es que, contando con un extenso bagaje amateur (llegó a ser parte de la poderosa selección de Ucrania), escaló de forma firme, a penas cediendo asaltos en quince combates y venciendo por el camino a dos retadores mundiales como Silvio Olteanu y Ángel Moreno.

La buena impresión que estaba dando logró culminarla en Estados Unidos, ni más ni menos que en uno de los eventos Super Fly, en el que logró derrotar a un excampeón mundial unificado como el estadounidense Brian Viloria para proclamarse monarca WBA. Sin embargo, una vez que logró ceñirse este cinturón, la carrera de Dalakian dio un vuelco con la complicidad de la Asociación Mundial de Boxeo.

En el espacio de dos años ha realizado solamente tres peleas y todas ellas ante oponentes de extrema sencillez para un boxeador de su talla. Siempre que se ha visto obligado a realizar una defensa voluntaria (según las normas WBA, hay un máximo de meses en los que un campeón puede estar sin combatir, obligando a realizar al menos una defensa voluntaria cada nueve meses), el oponente escogido ha sido uno tan sumamente asequible para su nivel que cuesta no pensar que este ha sido incluido en el top 15 adrede para que fuese seleccionado por él. Asimismo, cuando ha tocado cumplir con una defensa obligatoria ha aparecido como número 1 un púgil que ni por asomo había hecho méritos para estar en el top 15.

Con este panorama, y aunque desde el equipo de Dalakian se ha hablado del deseo de afrontar grandes combates, su reinado está resultando una tremenda decepción, puesto que el bajo nivel de su oposición contrasta, además, con su rendimiento sobre el ring, habiendo demostrado poseer las virtudes para tener posibilidades de éxito ante cualquier boxeador de la élite. Posiblemente, algunos grandes nombres, como en cualquier división, no quieran pelear contra un boxeador heterodoxo, sumamente hábil y preciso y que habitualmente usa acciones al borde del reglamento. Sin embargo, es difícil de creer que de todos los boxeadores de nivel que han pasado por el top 15 WBA desde febrero de 2018 ninguno haya aceptado una oportunidad mundialista.

Sea como sea, la defensa de este sábado de Dalakian sugiere que se va a volver a repetir lo que se ha visto en las anteriores. De nuevo, en el Parkovy Convention Centre (por sexta vez en su carrera peleará en este recinto) de la capital ucraniana, Kiev, Dalakian pugnará contra un púgil que no cuenta con éxitos para merecer una oportunidad mundialista como el venezolano Josber Pérez (17-2, 15 KO), cuyo mayor “logro” es una derrota ante el exretador mundial Rober Barrera y que de sus diecisiete victorias quince fueron conseguidas ante púgiles o debutantes, o con récord negativo o con menos de cuatro victorias.

De ese modo, Dalakian partirá, otra vez, como abrumador favorito para vencer, siendo posible que con sus diagonales, sus sorprendentes ataques desde la larga con golpes de poder aislados y con alguna que otra marrullería pueda neutralizar y castigar a Pérez que, de no acusar la pegada del contundente campeón, tendrá extremadamente difícil vencer por decisión a un púgil elusivo y que sabe puntuar y evitar la confrontación. No obstante, aunque Dalakian está evitado riesgos de forma evidente, a la larga no deja de ser un juego peligroso, ya que si sigue peleando contra adversarios tan asequibles el nivel de su boxeo no sólo se estancará sino que se irá degradando, al contrario de lo que le pasaría si se viese puesto a prueba, por lo que tarde o temprano podría acabar viéndose sorprendido por un púgil modesto pero decidido a lograr el triunfo, asestando un golpe terrible a su ya afectadísimo renombre.

El mundial Dalakian-Pérez será parte de un evento televisado en Ucrania por Xsport desde las 16:00 h de la tarde del sábado en hora española. El duelo estelar está previsto para en torno a las 21:30 h.