José Manuel Moreno
@josemorenoco

Que el boxeo, con sus idas y venidas, sigue gozando de buena salud y del favor del público es algo incuestionable con los datos que arrojan las grandes veladas de las próximas semanas y meses. Hace unos días se sabía que el mítico estadio de Wembley, auténtica reliquia, aunque remodelada, del deporte británico, se había quedado pequeño para un buen combate, sin más, de campeonato del mundo del peso supermedio entre los locales Carl Froch y George Groves para el próximo 31 de mayo. Se vendieron 60.000 localidades, algo tremendo, pero lo llamativo estaba en que se podrían haber vendido 100.000 o más. Y sin Mayweather, Pacquiao o Wladimir Klitschko en el cartel. Otro ejemplo. Hace unas horas ha trascendido que solo quedan en taquilla 1.000 entradas de las 16.800 (con precios entre 250 y 1.100 euros) que se han puesto a la venta para la velada del 3 de mayo en el MGM Grand Arena de Las Vegas, cuya pelea estelar será el esperado enfrentamiento entre el nº 1 libra por libra del mundo, Floyd Mayweather, y el pegador del momento, el argentino Marcos «Chino» Maidana.

A esto habrá que sumarle no sólo lo que genere el PPV (Mayweather-Canelo generó mas de 100 millones de euros) sino una tercera vía de ingreso: las 35.000 localidades que se habilitarán en diferentes escenarios de Las Vegas (a 55 euros el asiento) para ver la pelea en pantalla gigante mediante circuito cerrado.
Y para la velada del 7 de junio en el Madison Square Garden de Nueva York, donde pelearán Sergio «Maravilla» Martínez y Miguel Cotto ya se han vendido 18.000 tickets, quedando menos de un millar por venderse. ¡Y faltan casi dos meses y medio! Las cantidades que generarán estas veladas, y podríamos añadir Pacquiao-Bradley o Márquez-Alvarado son de varios cientos de millones de euros, entre taquilla y ventas de PPV.

¿Qué otro deporte puede decir lo mismo? Sí, podemos seguir presumiendo de que el boxeo, a pesar de carecer de las grandes figuras de otros tiempos, sigue interesando a muchos aficionados en todas las partes del mundo, y sigue siendo una auténtica mina de oro para promotores, cadenas de televisión, y, por supuesto, para los propios boxeadores. Un ejemplo: Floyd Mayweather gana en dos noches lo mismo que Tiger Woods, el deportista mejor pagado del mundo, por jugar no menos de 20 torneos al año. Por eso se permite el lujo de dudoso gusto de comprarse un reloj por valor de un millón de dólares. ¿Crisis en el boxeo? De momento, a la vista de los datos irrefutables, está más vivo que nunca.