Manuel Valero
@Manu_Valero

Con el final del año llega el tiempo para los resúmenes y las estadísticas en la mayoría de medios, recapitulando todo lo ocurrido. Si ha habido un boxeador a nivel internacional que puede decir que 2014 ha sido su año, ese es Terence “Bud” Crawford (25-0, 17 KO).
Crawford se ganó su oportunidad mundialista en 2013 sumando tres victorias ante Breidis Prescott, Alejandro Sanabria y Andrey Klimov. Bob Arum le hizo viajar a la siempre difícil Escocia en marzo para pelear con el ídolo local, Ricky Burns. Su impenetrable defensa y sus certeros golpes, sobre todo en la segunda mitad del combate, llevaron al estadounidense a proclamarse campeón ligero WBO por decisión unánime.
Aprovechando su tirón en Omaha (Nebraska, Estados Unidos), Crawford expuso por primera vez su cinturón ante Yuriorkis Gamboa el 28 de junio. Prueba durísima para “Bud” que tenía enfrente a otro invicto y medalla de oro en los Juegos Olímpicos.
Un agresivo Gamboa se vio desbordado por un sólido Crawford, que cuando peor se le ponía el combate volvió a dar una nueva lección boxeando de zurdo, mandando al cubano a la lona en el quinto asalto. El trabajo de Crawford propició tres caídas más de Gamboa hasta que el árbitro decreto el final de la pelea en el noveno asalto con el público de Omaha enfervorecido. No era para menos, pues no se disputaba un combate de título mundial en dicha ciudad desde 1972 cuando Joe Frazier defendió su corona de los pesos pesados ante Ron Stander.
El éxito cosechado ante Gamboa animó a Bob Arum a promover otra pelea en Omaha para Crawford en Omaha, que se enfrentó a Raimundo Beltrán el 29 de noviembre.
La depurada técnica de Crawford hizo inútiles las embestidas de Beltrán, dominando Crawford cómodamente la pelea para imponerse holgadamente por puntos, ratificándose como una de las estrellas de la cadena HBO.
Crawford ha demostrado en este 2014 ser una de las estrellas del peso ligero y ya mira a nuevas categorías para los próximos años.