En un combate que no pasará a la historia de una gala mediocre, como la gran mayoría que organiza últimamente Top Rank, el pasado sábado en el Madison Square Garden de Nueva York se vivió un lamentable episodio, muy alejado de lo que debería ser el boxeo.

Fueron unas imágenes que nos recordaron a otros desgraciados momentos en la historia del pugilismo, como el protagonizado por Mike Tyson y Evander Holyfield. Porque el puertorriqueño Édgar Berlanga (20-0, 16 KO) mordió, aunque se quedó más en grado de tentativa que en exitosa ejecución, a Roamer Alexis Angulo (27-3, 23 KO). El colombiano pudo haber sufrido daños aparatosos en el cuello, pero el sudor o la poca pericia de Berlanga le salvaron de haber sufrido las consecuencias de un púgil con ínfulas de Drácula.

Berlanga ganó la contienda por decisión unánime, algo secundario dado este episodio que relatamos. Tras ser considerado una de las mayores promesas del boxeo mundial, con 16 victorias en el primer asalto consecutivas desde su debut, lleva cuatro combates en los que no es capaz de noquear al adversario, cayendo incluso a la lona contra el argentino Marcelo Cóceres o salvando la condición de invicto con una más de cuestionable decisión sobre el veterano canadiense Steve Rolls.