Darío Pérez
@Ringsider2020

Con el aplazamiento de la pelea de revancha entre Dillian Whyte y Alexander Povetkin por el positivo en COVID-19, lo más destacado al respecto es que Eddie Hearn, jefazo de Matchroom Boxing, ha anunciado que la velada del 21 de noviembre seguirá adelante.

Se abren varias posibilidades. La primera de ellas es que sea un evento «menor» y se quite de la modalidad de PPV en Reino Unido por la plataforma Sky Sports; se intentaría el choque del peso pesado entre Dave Allen y Christopher Lovejoy, que fue retirado de la cartelera Usyk-Chisora por problemas contractuales de última hora. Esto podría significar que Whyte pudiera optar a pelear contra Tyson Fury el 5 de diciembre, como ya ha pedido el propio Hearn (lo que parece improbable, ya que ayer el equipo de Fury confirmaba que se había enviado el contrato del buen encuentro futuro a Agit Kabayel).

La segunda opción, por surrealista que parezca, es que Whyte pelee contra… ¡Dereck Chisora! Su promotor, David Haye, ya ha dicho que estaría preparado pese a pasar únicamente tres semanas entre combates. Sería el cierre a una trilogía entre ambos y en Reino Unido son dos púgiles carismáticos, que podrían salvar el PPV previsto. Sin embargo, competitivamente tendría un interés escaso, ya que Chisora perdió hace pocos días ante Usyk y tiene dos derrotas previas en los dos choques disputados contra Whyte.

Seguramente, también existan otros escenarios que se están negociando, ya que el peso pesado, por suerte, ofrece amplias posibilidades atractivas en la actualidad. Los ofrecimientos de otros boxeadores llegarán en las próximas horas, y ya ha habido alguno como el norteamericano Michael Hunter. El hándicap es que solamente quedan dieciocho días ante la fecha programada para el evento, por lo que el reloj corre en contra de la promoción de la pelea.