Nota de prensa

El boxeador profesional de Getxo Diego Valtierra (6-5-2, 2 KO) y su entrenador Jabi Pérez viajan hoy hacia Abu Dhabi (EAU). Este sábado 5 de noviembre se medirá Valtierra al invicto Aqib Fiaz, (9-0, 0 KO) a ocho asaltos. Televisado por DAZN, en el marco de un evento de la potente promotora Matchroom, donde también se disputarán varios campeonatos del mundo de boxeo, entre los que destaca el semipesado WBA de Dmitrii Bivol, último verdugo de Canelo Álvarez, frente al mexicano Gilberto «Zurdo» Ramírez.

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Diego viene de una temporada de desafíos, viajando hacia difíciles duelos internacionales, con buen desempeño en el cuadrilátero. En noviembre, en Dinamarca, se enfrentó al campeón danés, el invicto Payman Akbari (entonces 5-0, 1 KO). Combate perdido a los puntos, a pesar de no recibir un gran castigo, el danés demostró un mejor boxeo.

En menos de un mes viajó a Dubai para tomar parte en la primera gala de la potente promotora boxística Probellum. Allí se enfrentó al, también invicto, holandés Anthony de Brujin (entonces 10-0-1, 6 KO) en un combate vibrante, estando ambos púgiles cerca del KO en diferentes fases del combate. Resultado de derrota por puntos en decisión dividida. El propio Valtierra cree que mínimo hubiera merecido combate nulo.

A comienzos de 2022, en febrero, Diego se desplazó a Birmingham, Inglaterra, para boxear ante el local Kane Baker (entonces 17-8, 1 KO). Resultado de los jueces, combate nulo. Tanto el equipo de Basakick, como el público allí presente consideraron que Diego mereció salir con el brazo en alto.

Su último combate fue en Madrid, el pasado mes de julio, frente al madrileño Adrián Rodríguez (6-1-1, 2 KO). Resultado de combate nulo, justo, ya que ninguno de los dos merecía salir con una derrota de un igualado combate.

Para este próximo desafío en Abu Dhabi, Diego Valtierra y su equipo son conscientes de la dificultad. Diego sigue creciendo como boxeador cada combate, con mayor experiencia, aprovechando mejor sus recursos. Y se presentan con humildad, pero con toda la ambición de hacer un gran combate, una vez más, y dar la campanada.