Odín Bernades
@Odin_8onzas

Esta madrugada hemos sido testigos de la revancha entre Devin Haney (29-0, 15 KO), campeón indiscutible del peso ligero y el retador George Kambosos (20-2, 10 KO). El evento tuvo lugar en el Road Laver Arena de Melbourne, Australia, organizado por Top Rank y DiBella Entertainment.

Haney volvía a casa del rival después de ganarle con una claridad aplastante el pasado mes de junio. Kambosos, por su parte, venía de ser superado en todos los sentidos y con aparentes pocas opciones de conseguir un resultado positivo en esta nueva contienda. El australiano, con un ritmo alto, quiso dominar el centro del ring, saliendo con el mismo ímpetu que el primer combate, pero sin mucha sensación de peligro.

Haney dominó todo el combate y en todos los sentidos, conectando fuerte a la contra, llevando de manera muy efectiva los golpes de poder tanto al cuerpo como al rostro de un retador con más garra que recursos y con más encaje que defensa, que no supo descifrar al campeón, terminando con la cara ensangrentada.
Kambosos sufrió la gran técnica y pegada de Haney, que dio un recital de combinaciones como y cuando quiso.

Haney demostró una vez más que está algunos escalones por encima de su rival, dejando en evidencia que el australiano no está al nivel de los top de la división ya que no pudo poner en peligro en casi ningún momento al campeón. Como era previsible, Haney se llevó la victoria holgadamente por decisión unánime (119-109, 118-110, 118-110). A partir de ahora, ¿Qué podremos esperar de Haney? Las opciones están entre disputar otra defensa o subir de peso y asaltar la división del peso superligero. Estaremos atentos al talentoso estadounidense que siempre ofrece grandes garantías cuando se sube a un ring.

En los dos combates de respaldo al estelar, los gemelos locales Jason y Andrew Moloney cumplieron con sendas victorias ante sus respectivos rivales.
Jason Moloney (25-2, 19 KO) afrontaba una eliminatoria mundial del peso gallo del WBC (Naoya Inoue es el campeón) contra el tailandés Nawaphon Sor Rungvisai (56-2-1, 46 KO). Los dos púgiles empezaron queriendo dominar el centro del cuadrilátero, pero sin arriesgar y con un boxeo algo plano. El tailandés aumentó tímidamente el ritmo obligando a recular al australiano que intentaba salir boxeando hacia atrás e intentando contragolpear. Y así se pasaron varios asaltos, provocando por momentos los abucheos de los espectadores. En el quinto, Moloney tuvo entre las cuerdas al tailandés, pero el combate seguía con el mismo guion. Finalmente, Moloney con mucho más acierto y ritmo a la hora de golpear y muy superior defensivamente, se impuso por decisión unánime (118-110, 118-110, 119-109) ante un tailandés que no supo aprovechar su buena pegada.

Por otro lado, Andrew Moloney (25-2, 16 ko), se enfrentaba a Norbelto Jiménez (29-4, 12 KO) por un título intermedio de la WBO en el peso supermosca, en el que solo al empezar el primer asalto ya pudimos ver de todo: golpe bajo de Moloney, golpe ilegal de Jíménez (cuando el árbitro había detenido las hostilidades), terminando con el dominicano besando la lona tanto en el primero como en el segundo asalto, debido al gran acierto en los golpes de poder del australiano y sumado al poco encaje que parecía apreciarse en Jiménez.

Dominio claro del australiano que en casi todo momento se mantuvo enfocado ante un rival sin recursos suficientes. En un combate que fue de más a menos, terminó algo trabado y en el que los dos mostraron artes un tanto sucias, Moloney finalmente se llevó una clara victoria por decisión unánime (97-90, 98-88, 98-89).

El combate por título mundial femenino (IBF) del peso supergallo, disputado entre la campeona Cherneka Johnson (14-1, 6 KO) y la retadora Susie Ramadan (29-3, 12 KO), se convirtió en una dura y sangrienta batalla cuando en el segundo asalto, un choque de cabezas provocó un feo corte en la frente de Johnson que a punto estuvo de que el médico se viera obligado a detener la contienda.

Gracias al buen trabajo de la esquina, la campeona pudo seguir, demostrando su nivel y llevándose asalto tras asalto. La veterana Ramadan besó la lona en el cuarto asalto y le quitaron dos puntos en el 7º y 8º por acciones irregulares. Al final, las dos boxeadoras lo dejaron todo en el ring fajándose en una bonita batalla en la que finalmente la campeona se impuso ante las situaciones adversas; así lo reflejaron los jueces otorgándole la victoria por decisión unánime (97-90, 96-92, 96-91). Primera defensa victoriosa de la australiana de 27 años que terminó mucho más entera que su rival. Esperamos que el siguiente paso sea una posible unificación.

En los combates restantes, salieron vencedores los locales Faiga Opelu, John Mannu y David Nyika y también se llevaron la victoria los estadounidenses Amari Jones y Lorenzo Simpson.