Emilio Marquiegui
@EmilMarquiegui
Fotos: Top Rank

Esta madrugada en el MGM Grand de Las Vegas, Estados Unidos, organizado por Top Rank, en asociación con Devin Haney Promotions y DiBella Entertainment, se ha celebrado un esperado combate entre el campeón del mundo unificado con los cuatro cinturones WBC-WBA-IBF-WBO, el estadounidense Devin Haney (30-0, 15 KO), y el aspirante, el legendario ucraniano excampeón mundial en tres pesos, Vasyl Lomachenko (17-3, 11 KO).

Dos púgiles con un talento fuera de lo común, pero que esta noche han tenido que ponerse el cuchillo entre los dientes y trabajar y trabajar para ganar unos reñidos asaltos. No ha sido una pelea de elegantes desplazamientos o fantásticos movimientos defensivos, los dos púgiles han puesto énfasis en el ataque y han luchado por una pelea que se suponía larga, como así fue.
Combate de esfuerzo, sin grandes alardes técnicos, y muy igualado en cada uno de los asaltos. Hubo lucha por el centro del ring desde el principio, con Haney más regular tirando golpes arriba y abajo, y Lomachenko respondiendo, principalmente al final de los rounds con arreones de varios golpes que intentaban convencer a los jueces.

Aunque variaba el protagonista del ataque en cada asalto, el defensor lo hacía con orden y en ningún momento del combate llegó alguna mano que pusiera en serios aprietos a ninguno de los dos púgiles. Lomachenko lo intentó y apretó en los últimos asaltos, pero muchas de las acciones no eran muy nítidas, dada la buena labor defensiva de ambos, asaltos con alternativas en una pelea intensa pero que tampoco levantó al público de los asientos.

Al final, la decisión de los jueces fue unánime para Devin Haney, con puntuaciones de 116-112, 115-113, 115-113, con las dos últimas de mayor acierto, porque la justicia estaba entre el empate y las decisiones cercanas.