José Manuel Moreno
@josemorenoco

No se ha enfrentado a nadie, dirán con razón muchos. Entre sus rivales hasta la fecha, y van 31, no aparecen nombres como Chambers, Tony Thompson o Chris Arreola por citar solo a los del otro lado del Atlántico. O a los europeos Chisora, Fury o Price. Pero a pesar de todo eso, que es cierto, hacía más de una década que no salía de la otrora potencia hegemónica del peso pesado, hablamos evidentemente de Estados Unidos, alguien con la mirada asesina y con la descomunal pegada de este «Bombardero de Bronce» que anoche pareció de oro cuando aniquiló a un Malick Scott, que apenas recibió golpes de Wilder en el primer minuto de la pelea, pero al que un terrible y mortífero uno-dos seco, de una rara contundencia, le mandó a la habitación del sueño, ante la incredulidad general y el éxtasis del peleador de Tuscaloosa, Alabama.

Aún no se ha medido a nadie, de acuerdo, pero este tipo recuerda, y no me atrevo de momento a decir más, a aquellos pesos pesados que nos hacían trasnochar en las décadas de los 70 ó 80. Habrá que esperar, pero este tipo de 2,01 metros y 28 años parece sobradamente preparado para lo que haga falta. Y esto incluye, aunque alguno se lleve las manos a la cabeza, a un tal Wladimir Klitschko.