José Manuel Moreno
@josemorenoco

La pregunta que se hace todo el mundo del boxeo es la misma. ¿Qué hará a partir de ahora Bernard Hopkins? ¿Se retirará después de la contundente derrota ante Sergey Kovalev? ¿Alargará su carrera hasta cumplir los 50 años en enero próximo? El primero que quiere que siga es su amigo Óscar de la Hoya, dueño de Golden Boy Promotions, y que ya tenía in mente, en caso de victoria el sábado enfrentarle al campeón del peso medio Gennady Golovkin, y que ha reconocido que a pesar de la diferencia existente en el ring del Boardwalk Hall de Atlantic City, estaba convencido que el viejo B-Hop podía ganar en cualquier momento, con una mano como la que le propinó a él en 2004, en el noveno round del combate que tuvieron en Las Vegas. «Estaba esperando ese momento, ese golpe que podía pegar. Vi a Bernard Hopkins en dificultades, pero todavía sentía que lo podía conseguir», dijo. No se sabe aún a ciencia cierta el futuro de esta ya leyenda del pugilismo, pero no se descarta que Hopkins continúe en activo, y se manejan dos posibilidades, que se mida a Julio César Chávez en el peso supermedio o la pelea anteriormente reseñada, y que nuestro modesto juicio sería un despropósito, ya que sería salir de Málaga (Kovalev) y meterse en Malagón (Golovkin). Y encima bajando dos divisiones. De locos. Como el boxeo mismo.