Daniel Pi
@BastionBoxeo

“Creo que soy el mejor peleador al que se ha enfrentado. Voy a dejarlo en evidencia, nunca se ha enfrentado a alguien tan veloz como yo. Necesito la pelea perfecta: en una noche, en una pelea, llegaré a dónde yo quiero. Quiero ser recordado como uno de los mejores y esa pelea me va a dar eso. Simplemente siento que se va a enfrentar al mejor boxeador de la división en estos momentos. Pienso que esto es un poco demasiado para él. Estoy en el punto culminante de mi carrera”.
Aunque parezca mentira mirando a su recorrido reciente, este extracto es sólo parte de una de las infinitas declaraciones rebosantes de confianza y moral que el excampeón mundial Amir Khan (33-4, 20 KO) ha realizado desde que se confirmó oficialmente su pelea ante el monarca mundial WBO del peso wélter y, para muchos top 3 de todos los pesos, Terence Crawford (34-0, 25 KO), quien, pese a lo que su retador señale, es considerado clarísimo favorito para imponerse.

Sin embargo, sea un simple intento de motivarse para una tarea que se considera extremadamente complicada, sea sólo una forma de vender más pagos por visión o verdaderamente sea una muestra más de la completa falta de realismo de este boxeador, que se sobrevalora hasta unos límites impresionantes, Khan no sólo ha tratado de impulsar su confianza sino que una y otra vez ha despreciado a su adversario.

Por ilógica que pueda parecer esta actitud teniendo en cuenta lo decepcionante que fue su actuación contra Samuel Vargas en su última pelea, boxeador que incluso lo derribó, y la cantidad de trabajo que tuvo que realizar para vencer a Chris Algieri antes de su parón de casi dos años y de su duro KO ante Canelo, Khan sigue considerándose a sí mismo como un peso wélter de inconmensurables capacidades y que no tiene mucho más que demostrar, a pesar de que son mayoritarios los críticos y aficionados que piensan que su falta de disciplina fuera del ring, su carencia de inteligencia boxística, su soberbia y su mandíbula de cristal han truncado lo que podían haber dado sus formidables cualidades físicas y técnicas innatas.

Por otro lado, dado que en su mejor momento no eran pocos los expertos que consideraban que Khan tenía posibilidades de vencer a Mayweather y a Pacquiao gracias a su estilo combativo y a su rapidez, el boxeador británico de origen pakistaní se sumergió en una búsqueda de estos enfrentamientos que tuvo muy malas consecuencias para su trayectoria. Y es que estos duelos, pese a ser negociados conjuntamente más de una decena de veces, nunca cristalizaron, estancando su avance y frustrando a un Khan que se negaba a asumir que no estaba en la posición que él creía en las listas de todos los pesos.

Después de que quedase claro que las peleas ante “Money” y “Pac-Man” no se producirán, tras sus descalabros ante Danny García y “Canelo”, choque que aceptó Khan en condiciones sumamente desfavorables en su desorientada cruzada hacia la grandeza, y después de rechazar una pelea millonaria ante un Kell Brook que lleva años persiguiéndole sin éxito, el excampeón unificado del peso superligero disputa este sábado en el Madison Square Garden de Nueva York (Estados Unidos) un enfrentamiento que muchos consideran que podría suponerle un severo varapalo más que tambalee su trayectoria profesional.

Vale la pena subrayar que, aunque Bob Arum afirmó tantas veces que el contrato de su compañía con ESPN significaba el comienzo de una nueva fase de boxeo gratuito y el fin del pago por visión, modalidad que dijo que estaba muerta, una vez más el presidente de Top Rank ofrecerá en Estados Unidos un velada en PPV (62 euros en HD), que ha justificado señalando que el enfrentamiento estelar lo vale y que era la única forma de poder permitirse la bolsa que Khan exigía para aceptar esta pelea y rechazar la de Brook, estando cuantificada la suma entre los cinco y los diez millones de euros.

De todos modos, Arum sabe perfectamente que, ante la casi total falta de oponentes para Crawford por el poder que tiene PBC en la división del peso wélter, Khan, que tiene un nombre y cierto prestigio, era una buena opción para añadir algo de brillo a limitado riesgo al récord de su estrella norteamericana, que recibe críticas muy severas por el nivel de oposición afrontado, siendo una de las preguntas recurrentes más habituales en las redes sociales y foros por qué muchos medios con prestigio consideran actualmente a Crawford número 1 de todos los pesos si su mayor victoria puede ser quizás la obtenida ante Gamboa en 2014 y desde entonces no se ha medido a nadie que tenga verdaderamente un nivel de élite.

Así, consiguiendo Crawford un adversario de cierto relieve, Khan teniendo su nueva ansiada oportunidad de convertirse en una resplandeciente estrella, además poseyendo una justificación para eludir una vez más a Brook, y logrando Arum una buena ocasión para poner a prueba la capacidad de ventas de un pago por visión de la poderosa ESPN, todas las partes quedan satisfechas, exceptuando quizás a los aficionados, que esperan con impaciencia un Crawford-Spence que no llegará, como mínimo, hasta 2020 y que no se conforman con esta pelea en la que, aunque se insiste desde Top Rank en que Khan combatirá mejor que Mikey García ante “The Truth”, se espera una solvente victoria del monarca.

Algunos han señalado que el problema de Khan es que tiene malos hábitos sobre el ring que dan facilidades a sus adversarios, otros creen que se cansa demasiado pronto, mientras que muchos piensan que tiene lapsos de pérdida de concentración, a lo que otros añaden que su astucia no está a la par de su técnica. Sea una de estas cosas o todas ellas juntas, es difícil pensar que un Crawford con la mente tan fría no encontrará la forma de tener éxitos cruciales eventualmente ante un boxeador que no encaja en la etiqueta de sólido.

El aliciente de la pugna quizás pueda ser ver a un boxeador muy hábil como Khan realizando un test a las aptitudes de Crawford, que deberá o combatir en su mejor versión técnica para intentar estar a la par, algo que se considera un riesgo innecesario, u ofrecer un boxeo más agresivo que se amolde a un púgil que, por primera vez en su carrera, podría tener más destreza que él.

En cualquier caso, y aunque Khan considera que es más grande y experimentado que su adversario y podrá hacerse con la victoria el sábado, es inevitable pensar que “Bud”, caracterizado por su paciencia y la disección de sus adversarios, sólo tendrá que soportar unos cuantos complejos minutos hasta que el visitante empiece a ver desmoronarse su boxeo.

En contraste con la continua palabrería de Khan, que siempre ha encontrado una oportunidad para justificar su floja pelea ante Vargas, para recordar que nunca ha perdido en el peso wélter, según él su peso ideal, y para insistir en que el campeón no tiene su bagaje y no está a su nivel, Crawford ha mantenido una actitud muchísimo más discreta y calmada, hablando poco y asegurando que ni siquiera se fija en los problemas de encaje del retador sino en la forma de vencerle.

Teniendo de nuevo en su esquina al entrenador Virgil Hunter (técnico, entre otros, del retirado Andre Ward), se espera que Khan muestre inicialmente un boxeo muy dinámico y basado en las oportunistas entradas y salidas, si bien Crawford, que cambia de guardia diestra a zurda hasta tal punto que ni siquiera se sabe con certeza cuál es su posición natural, tiene la defensa dinámica y estática para evitar los mayores peligros y el control del ritmo y de los espacios para no desgastarse e ir estudiando la forma de llegar con sus largos brazos, más largos que los de su oponente (1,88 m por 1,80 m en alcance).

Por ello, y debiéndose recordar que la velocidad de Khan ya no es la que una vez fue y que últimamente parece bastante más ralentizado, es de prever que llegue el momento en que el avance acompañado de contragolpes de francotirador de Crawford irá mermando física y moralmente a su adversario, que ha declarado que eventualmente intentará presionar e intercambiar, táctica que no podría ser más equivocada en este encuentro.

Sea como sea, si no es que antes acepta ya riesgos desmedidos con pésimas consecuencias, Khan igualmente debería padecer dificultades serias desde la segunda mitad de la pugna, cuando Crawford, que comienza con calma, ha desplegado ya lo mejor de su repertorio y hostiga en busca de éxitos determinantes.

El evento será emitido en Estados Unidos en un PPV de ESPN, aunque también se puede contratar un stream de FITE por 10 dólares, iniciándose la retransmisión a las 3:00 de la madrugada del sábado al domingo.

La victoria de Crawford se paga a 1,08 € por euro apostado, mientras que la de Khan a 8,00 €. Además hay opciones para apostar a múltiples resultados del combate.
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El cartel contará como respaldo con el choque del peso ligero entre la controvertida estrella en ascenso Teófimo López (12-0, 10 KO) y el excampeón de Europa Edis Tatli (31-2, 10 KO), estando el primero al acecho de Lomachenko o de un mundial por el WBC o por el IBF; con el combate también en el peso ligero entre Félix Verdejo (24-1, 16 KO), en recuperación tras generar muchas dudas a su promotor, y el muy competente exretador mundial Bryan “Tiquito” Vásquez (37-3, 20 KO); y con el duelo del peso pluma en el que el plata olímpico Shakur Stevenson (10-0, 6 KO), bajo el punto de mira por el vídeo publicado hace unos días de su participación en una agresión en la calle junto a su amigo y boxeador David Grayton (Stevenson golpea repetidas veces hasta dejar inconsciente a un hombre que ha resbalado cuanto intenta defender a una mujer a la que Grayton golpea con sus puños), se enfrentará al exaspirante mundial Christopher Díaz (24-1, 16 KO).