Daniel Pi
@BastionBoxeo

Pese a un susto en el tercer round, en el que el árbitro pareció errar, el campeón mundial WBO del peso wélter y top 10 de todos los pesos Terence Crawford (36-0, 27 KO) (en la imagen) defendió por tercera vez su corona batiendo por KOT en el noveno asalto al hábil y astuto aspirante lituano Egidijus Kavaliauskas (21-1-1, 17 KO) en el combate estelar del evento disputado la pasada madrugada en el Madison Square Garden de Nueva York (Estados Unidos).

El campeonato se inició con cautela y un bajo ritmo, con ambos boxeadores utilizando su inteligencia de ring para medirse con jabs, fintas y directos replicados por oportunos pasos atrás. De todos modos, aunque normalmente a Crawford le basta su gran jab para disolver a su oposición, en esta ocasión se encontró con un directo de mano adelantada sólido y eficaz de un Kavaliauskas muy atento para usar su directo a la contra, que llegó nítido en el segundo round tras parar un jab de su rival.

Este éxito anunció otro que fue más determinante, ya que con un swing diestro el europeo estremeció a Crawford en el tercer round, intentando este entrar en clinch pero terminando por tocar la lona al recibir golpes curvos. Con todo, el tercer hombre no realizó cuenta, algo que sorprendió incluso a los comentaristas y analistas más afines a Top Rank.

De todos modos, el estadounidense estaba incomodado, ya que su izquierda recta fallaba repetidas veces y recibía directos por contra, así que, un tanto frustrado, llegó a cometer irregularidades como aguantar la cabeza de su adversario con una mano y pegarle con la otra.

Dicen que los grandes campeones se crecen ante la adversidad y que sacan lo mejor de sí mismos en las segundas mitades, cosa que Crawford evidenció desde antes del ecuador tomando la iniciativa, peleando con más agresividad y lanzando ganchos encadenados, si bien Kavaliauskas no se hundió inmediatamente, sino que siguió respondiendo bien y llegando contra su contrincante mucho más de lo habitual.

Sin embargo, tras un sexto round igualado, en el séptimo Crawford, que cambió su posición a diestro por primera vez desde hace bastantes peleas (ha combatido casi íntegramente como zurdo en sus duelos recientes), llevó la pelea a la distancia corta, el punto débil de su rival, y con crochés y ganchos consiguió dañarlo, derribándolo con un croché diestro. Este fue el punto de inflexión de la pelea, ya que en el octavo, aunque hubo algunos intercambios con buenas manos de ambos, Crawford siguió yendo a más con su mayor continuidad y claridad de golpeo, preparando el desenlace en el noveno asalto.

En dicho round con un croché de izquierda y un directo diestro dejó tocado al aspirante, que cayó al tapiz tras un uppercut y un croché posteriores. Tras la cuenta, Crawford inmediatamente avanzó contra su rival y le dio un croché diestro aislado que lo volvió a tumbar, decidiendo el tercer hombre poner fin a la contienda.

En la entrevista posterior al encuentro, Crawford negó haber estado dañado en algún momento del combate e insistió en que quiere enfrentarse a los mejores rivales posibles, algo que puede estar un poco más cerca tras este combate en el que mostró brechas que no habían aparecido desde su encuentro ante Yuriorkis Gamboa. Ciertamente, Crawford ganó el combate a base de determinación, carácter y versatilidad, pero no cabe duda de que los mejores del peso wélter habrán visto caminos que seguir para intentar superarlo.

Aun así, con los dirigentes de PBC estando tan decididos a mantener a sus boxeadores atados a sus designios, no hay que dar nada por sentado respecto a que Crawford vaya a medirse a alguno de ellos, ni siquiera aunque las negociaciones con Shawn Porter vayan por buen camino. Por ello, desde Top Rank están buscando nuevas alternativas que, según han afirmado, pasan por atraer al peso wélter a los monarcas unificados del superligero Josh Taylor y José Carlos Ramírez (este último está con Top Rank), por retar al titular mundial WBO del superwélter Patrick Teixeira o incluso por tantear sin título en juego la división del peso medio contra un oponente por debajo del nivel de la cumbre.