Daniel Pi
@BastionBoxeo

Con cuatro knockdowns y un definitivo nocaut técnico en el octavo asalto, en la madrugada del viernes al sábado y desde el Pechanga Resort & Casino de Temecula (Estados Unidos), el ghanés Richard Commey (29-2, 26 KO) retuvo exitosamente por primera vez su cinturón mundial IBF del peso ligero ante Raymundo Beltrán (36-9-1, 22 KO), quien no podía lograr el título ni en caso de victoria por no haber dado el peso el jueves.

Las bolsas de la pelea fueron de 325.000 euros para Commey y de 140.000 euros para su oponente, cifras en las que se tiene en cuenta la sanción de Beltrán por no dar el peso (17.500 € para la Comisión de California y 17.500 € añadidos a la bolsa de Commey).

Fuese iniciativa propia o consejo de su esquina, pareció un claro error que Beltrán iniciase el combate sin presionar e incluso dispuesto a ceder la iniciativa, ya que el pegador Commey, más peligroso con espacios y especialmente incisivo en los primeros rounds, no tardó en llegar con una derecha que derribó a su adversario. Éste se alzó, pero recibió una segunda cuenta poco después cuando las cuerdas evitaron que cayese al recibir una andanada de ganchos.

Antes de que terminase el round, Beltrán todavía plantó cara con contragolpes en hook, sacudiendo ligeramente al titular, y en los siguientes episodios trató de ser más agresivo e intentó acortar la distancia, pero el encuentro fue en líneas generales dominado por Commey, que hizo valer su velocidad de manos y su precisión para castigar las entradas del mexicano-estadounidense, incapaz de encontrarse cómodo ni siquiera en corta.

Más allá de los eventuales directos de corto recorrido y de los hooks aislados, la mayor amenaza de Beltrán fueron sus recurrentes cabezazos, uno de los cuales causó una importante inflamación en la ceja derecha del monarca. No obstante, esto no varió el curso de las acciones y Commey, que dejó tocado a Beltrán con un recto en el cuarto asalto, en el quinto se anotó un nuevo knockdown, si bien, aunque hubo cierto castigo previo, la caída pareció ser causada por un empujón.

De todos modos, no se llegó a las cartulinas, dado que, después de un cierto intento de reacción de un Beltrán con incomprensible resistencia para un boxeador con 20 años de carrera profesional y muchas guerras vividas, en el octavo episodio Commey tumbó a su rival con un gancho de mano adelantada al rostro, decidiendo el tercer hombre parar el combate entonces aunque el púgil se alzó. La detención fue correcta, ya que el castigo se estaba acumulando en el veterano y los jueces (con 70-60 y doble 69-61) hacía mucho tiempo que le habían dado la victoria al campeón.

Normalmente, después de los combates se abre un periodo de especulación y dudas sobre el futuro, pero no en este caso. Y es que la IBF piensa ordenar la defensa obligatoria tras la eliminatoria entre Teófimo López y Masayoshi Nakatani (19 de julio), por lo que Commey tendrá que hacer frente al ganador en el último tercio de temporada, enfrentamiento que Arum (que ha dado cobertura televisiva a las dos últimas pugnas del africano y que es promotor de López) planea como la esperada coronación de su prometedor, potente, joven y controvertido púgil.