Daniel Pi
@BastionBoxeo

“El sábado lo voy a enterrar” afirmó Oleksandr Usyk (12-0, 10 KO) instantes después de haber sido empujado absurdamente por Marco Huck (40-4-1, 27 KO) en la rueda de prensa final del enfrentamiento que ambos sostendrán este sábado en el Pabellón Max Schmeling de Berlín (Alemania), encuentro que tendrá en juego la corona mundial WBO del peso crucero que posee el primero y que será parte de los cuartos de final del torneo World Boxing Super Series, que al fin arranca ya.

Teniendo Usyk el claro objetivo de ganar y brillar ante un boxeador icónico en la categoría, Huck el de mantener viva su carrera y lograr una victoria crucial para su legado como boxeador y esperando para el vencedor una unificación de coronas WBO-WBC del peso crucero contra el ganador del choque entre Mairis Briedis y Mike Pérez, resulta hasta cierto punto comprensiva (aunque no justificable) la tensión entre los contendientes, si bien innecesaria para aumentar la expectación de un interesantísimo enfrentamiento que, además, debería ser una contienda notablemente entretenida.

Esto es así porque Huck es un boxeador agresivo con múltiples peleas espectaculares a sus espaldas y que ataca tenaz a sus rivales combinando potentes ganchos, mientras que Usyk, si bien no lo ha demostrado de forma plena recientemente, es un formidable contragolpeador con un boxeo lleno de destellos de calidad que cuanta más presión recibe mejor actuación puede ofrecer, por lo que el choque de estilos de ambos debería dejar algunos rounds realmente buenos.

Muchos han sido los que han criticado a Usyk en sus dos últimas peleas, señalando que un boxeador considerado como un potencial top de todos los pesos y número 1 de la división no podía pasar esas dificultades ante rivales de escaso renombre. De todos modos, sería un error subestimar a Mchunu y Hunter por no contar estos con un gran prestigio, ya que ambos son dos púgiles verdaderamente completos que se centraron más en generar dificultades u ofrecer un planteamiento conservador para resistir los asaltos que en vencer. Igualmente, teniendo que actuar como perseguidor de unos púgiles astutos, precisos y algo heterodoxos, el ucraniano logró claras victorias.

En contraposición a estas primeras defensas, en esta ocasión Usyk debería poder desplegar sus inacabables recursos para, con sus excelentes cambios de línea y sus combinaciones de puños infinitamente variadas, desdibujar a un Huck que avanzará sobre él y le dará facilidades para que pueda explotar la táctica que más le conviene. Además, teniendo en cuenta el precedente del choque que sostuvo Huck contra Mairis Briedis el pasado abril, en el cual el letón pudo contener a su adversario con un firme jab, agilidad de piernas y buenos contraataques, no son muchas las opciones que se le dan al excampeón, que tras casi trece años de carrera profesional empieza a ver decaer su rendimiento de forma apreciable.

De todas maneras, si bien la mayoría no espera mucho o prácticamente nada de Huck más allá de su coraje y su combatividad, Usyk, a pesar de su sensacional técnica, no es un boxeador tan capaz de eludir los peligros como Briedis ni tan sólido defensivamente, por lo que quizás, deseando que su dominio sea incuestionable y afirmando que tiene preparada una táctica inesperada, pueda buscar cruces de golpes que ofrezcan algunos instantes de emoción y puedan abrir un tanto la contienda. Por otro lado, si por tercera vez consecutiva, y en el encuentro más importante de lo que lleva de carrera profesional, el oro olímpico y mundial amateur ucraniano no consiguiese el triunfo espléndido que pretende alcanzar, su cotización podría verse decisivamente disminuida y sus posibilidades de vencer el torneo WBSS mermadas claramente a favor de Murat Gassiev y Mairis Briedis, de modo que, aunque se espera que pueda culminar sus objetivos y replicar ante un boxeador insigne las sensacionales actuaciones realizadas ante Venter, Kniazev o Muller, el combate resultará trascendental para su futuro y el margen para el error quedará enormemente reducido.

De nuevo, en la ceremonia del pesaje se pudo apreciar la tirantez entre ambos boxeadores, aunque la situación no pasó de un larguísimo careo interrumpido por Kalle Sauerland. El titular Usyk paró la báscula en 90,5 kg y el retador Huck en 90,2 kg, los dos por debajo de los 90,7 kg que marcan el límite de la división del peso crucero.