Antonio Salgado
(Recuerdos de Crónicas de combates históricos)
Palacio de los Deportes de Madrid, 2 de junio de 1965, Campeonato de Europa wélter, Fortunato Manca V.KO 3º Carmelo García «Gancho»
Anoche, por Televisión Española, tuvimos la oportunidad de presenciar algunos (los necesarios) retazos del reciente combate entre Fortunato Manca y Carmelo García “Gancho” (en la foto), valedero para el título europeo de los pesos wélter.
Como se sabe, el grancanario era el segundo púgil isleño que optaba por un título continental. El primero fue el superwélter Cesáreo Barrera, al que precisamente no acompañó la suerte frente a otro trasalpino, Bruno Visintin. Por otra parte García “Gancho” constituía la primera esperanza ibérica de los wélter, ya que anteriormente se habían cosechado triunfos desde el mosca hasta el peso pesado.
¿Qué ocurrió, en definitiva, la noche del pasado día 2 de junio en el ring instalado en el Palacio de Deportes de la capital de España? Ante todo se impuso una cosa: la lógica, ya que era de todo punto descabellado pensar que García “Gancho” se alzase con un triunfo frente a un boxeador como Fortunato Manca. Tanto el púgil como los espectadores eran víctimas propiciatorias. Pero el recinto deportivo se llenó hasta los topes porque una diadema continental no se disputa todo los días y por aquello de observar “si sonaba la flauta por casualidad”.
Actualmente, en España, no estamos en época de “milagros pugilísticos”. García “Gancho” fue, ante todo, un débil rival a manos del recortado italiano. Desde el toque de gong se vio perfectamente que el extranjero era un boxeador de contragolpe, de toma y daca, de estilo “ripostador”, creciéndose a medida que transcurría la lid. El isleño no pudo mantener su firmeza ante aquel boxeador con aspecto de Quasimodo, de guardia abroquelada, hermética, constante productor de golpes cruzados en la corta distancia, que era su situación ideal, a pesar de que también logró notables impactos en la larga distancia, abriendo brecha en la mayor envergadura de su espigado antagonista.
A muchos telespectadores decepcionó el estilo rudimentario del italiano. Posiblemente pretendían ver a un estilista de las doce cuerdas; a un boxeador habilidoso, con armonioso juego de piernas y precisos golpes. Nada de eso. Fortunato Manca era un gladiador rutinario, de la misma escuela de aquellos amateur que hace algo menos de un año lanzaron trece veces a la lona a nuestros representantes españoles en el ring ubicado en nuestro tinerfeño coso taurino, con motivo del España–Italia, que colgó en el citado recinto el cartel de “No hay localidades”.
Los “pecados capitales” de Carmelo García se notaron en ir al cambio de golpes frente a un boxeador que apenas se inmutaba con sus esporádicos impactos; se pusieron de manifiesto en pretender “cazar” a un pugilista que en sus ochenta combates profesionales jamás había conocido la situación dramática del KO.
Y cometió grave error porque en un cambio de golpes se exponía a lo peor ya que poseía una anatomía que, anteriormente, había demostrado poseer escasísimas dotes encajadoras. Así vino su debacle en todo un primer asalto, cuando besó la lona por primera vez. Así surgió su derrumbamiento total en el tercer período al ser receptor de una serie de golpes que constituían tabú para su evidente “mandíbula de cristal”. Fortunato Manca no era un noqueador clásico, nunca lo ha sido. Es un “machacador” del ensogado. Por eso el KO no fue producto de un solo golpe, sino de una sucesión de éstos.
Al grancanario le vino con excesiva precipitación su condición de aspirante oficial. Fue por haber vencido a un boxeador que en la misma velada comentada firmaba una sentencia de muerte de actividad boxística al ser noqueado en el primer asalto por el norteamericano Jess Williams. Este púgil era Fred Galiana, que contribuyó, sin pretenderlo, al tropiezo del boxeador de Schamman.
La opaca actuación de García “Gancho” ha marcado grave precedente para sus paisanos Cayetano Ojeda “Kid Tano” y Juan Albornoz “Sombrita”, futuros aspirantes a entorchados continentales. El primero, el próximo día 18, en Milán, se medirá a Franco Brondi, titular europeo de los pesos ligeros. “El sordomudo de Arenales” tendrá que cuidar mucho su desmantelada guardia para mantener vigencia frente al “puncheur” Brondi, “dinamitero del ring”. Y, por otra parte, “Sombrita” tendrá que hacer de tripas corazón para frenar el ímpetu arrollador del italiano Sandro Lopopolo, gran estilista, de recia pegada, que actuará en el coso taurino santacrucero. Esperemos los acontecimientos.