Foto: Matchroom

Se acabó la trilogía, pero este combate no fue el mejor de los tres. Saúl “Canelo” Álvarez (58-2-2, 39 KO) se impuso con claridad a Gennady Golovkin (42-2-1, 37 KO) y es que el kazajo desentonó en relación a los dos primeros enfrentamientos.

En el T-Mobile Arena de Las Vegas, Canelo Álvarez retuvo los cuatro cinturones del peso supermedio (WBC-WBA-IBF-WBO) saliendo a presionar con la táctica del Canelo-Golovkin II, el que ganó, y parece que acertó en su planteamiento. Paralelamente, un apagado Golovkin cedió toda la iniciativa en los primeros asaltos al mexicano, que aprovechó con eficiencia, abriendo una buena brecha en las puntuaciones.

El dominio era claro de Canelo, que golpeaba en todas direcciones, especialmente con peligrosas izquierdas, y Golovkin, algo pasivo, dejaba pocas dudas a los jueces para puntuar los asaltos. Golovkin sacaba bien el jab en ocasiones, pero tenía que arriesgar y llevar a las cuerdas al campeón para poder nivelar la desventaja.

El kazajo, todavía peligroso, apretó en los últimos asaltos y consiguió recortar la distancia, aunque no lo suficiente, los jueces terminaron dando decisión unánime al mexicano, con puntuaciones de 116-112, 115-113, 115-113, algo generosas estas dos últimas para Golovkin.

Tras la pelea, Canelo se quejó de una lesión en la mano izquierda que le impidió rendir al máximo y señaló que «quiero vengar próximamente la derrota ante Bivol».

Golovkin negó su retirada y confía en volver a ser el de siempre, a pesar de los 40 años.