José Manuel Moreno
@josemorenoco

Ante 31.588 enloquecidos espectadores en el estadio Minute Maid Park, sede de los Astros Houston, el mexicano Saúl «Canelo» Álvarez (45-1-1, 32 KO) noqueó en tres asaltos al norteamericano James Kirkland (32-2, 28 KO). El combate comenzó con ambos púgiles a tumba abierta, buscando el nocaut desde el principio. El norteamericano llevaba la iniciativa, pero Canelo le daba la oportuna medicina, en forma de sólidos golpes al cuerpo. A falta de 1:14 para el final del primer round, una derecha terrorífica voló hacia la mandíbula del «Guerrero Mandingo», que cayó a la lona. No tuvo apenas tiempo de recuperarse, ya que Canelo se fue a por él con combinaciones magníficas, con lo que solo la campana salvó a Kirkland del nocaut ya en el primer episodio. En comienzo del segundo asalto no fue sino la continuación del final del anterior, pero poco a poco Kirkland se fue creciendo con un boxeo, eso sí, muy arriesgado ante la potencia del pelirrojo de Jalisco.

En el tercer round se precipitaron los acontecimientos. Kirkland seguía con su táctica suicida, y los uppercuts de Canelo volaban sobre la llamada mandíbula de cristal de Kirkland, hasta que cayó de nuevo. El final estaba cerca, y a falta de 42 segundos para el fin del round, un misil en forma de gancho de derecha de Canelo estalló de nuevo en el mentón de Kirkland, que cayó desmayado a la lona. Final de la historia. Esta pelea tuvo la acción que le faltó al «Combate del Siglo» de la pasada semana. Kirkland pecó de falta de inteligencia y Canelo demostró estar en ligas mayores que el polémico boxeador americano. Después de la pelea, Canelo dijo estar de acuerdo en boxear llegado el caso con el kazajo Gennady Golovkin, aunque su objetivo es, claramente, si Cotto vence a Daniel Geale el próximo 6 de junio, pelear con el boricua el próximo septiembre. Mientras tanto, en Houston, vimos una de las mejores versiones de Canelo Álvarez, hoy por hoy, el mejor boxeador mexicano del momento, con solo 24 años y toda una carrera boxística por delante.