Daniel Pi
@BastionBoxeo

Aunque el estadounidense Daniel Jacobs (35-3, 29 KO) se saltó lo pactado en el contrato de la pelea y dio en el segundo pesaje 1,6 kg más de lo convenido (teniendo que pagar por ello unos 900.000 euros de multa), esto no le sirvió para hacerse con la victoria la pasada madrugada en el evento emitido por DAZN y presenciado por más de 20.000 personas en el T-Mobile Arena de Las Vegas (Estados Unidos). Y es que el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez (52-1-2, 35 KO), que tantos veredictos polémicos ha tenido de su lado, esta vez logró una justa victoria por decisión unánime y tarjetas de doble 115-113 y 116-112, proclamándose triple campeón unificado WBC, WBA e IBF del peso medio.

Si bien algunos expertos llegan a dar desde el 117-111 a favor de Álvarez al empate, por lo general existe consenso entre los analistas para dar el triunfo a Canelo por los mismos márgenes decretados por los jueces de la pugna, que esta vez no fallaron.

Con todo, siendo cierto que la pelea fue igualada y hubo asaltos contendidos, el máximo responsable del veredicto final fue quizás el propio Jacobs, que tuvo un planteamiento de pelea totalmente equivocado. Puede que, como muchos consideraban que se vendría abajo en el tramo final, Jacobs decidiese dosificarse mucho en la primera parte para prevenir una posible mala segunda mitad, pero el hecho fue que esto tuvo consecuencias nefastas, ya que hasta el sexto asalto tuvo una actividad muy baja.

De esa manera, usando insuficientemente el jab y fallándolo demasiado (el conteo computerizado de golpes sólo le da 49 jabs impactados en los doce asaltos), y no teniendo un buen ritmo con los golpes de poder, para las manos rápidas pero tibias de Jacobs era muy difícil compensar los aislados pero precisos y fuertes ganchos de Canelo, que mostró una defensa estática y dinámica eficaz además de destreza en los bloqueos.

Acompañando su continuo desplazamiento cercano a las cuerdas, Jacobs tiró alguna combinación, pero los jabs, los directos cortos y los curvos abiertos de Canelo tenían por lo general mayor efecto y claridad, mostrándose “Miracle Man” errático con sus cambios de guardia diestra a zurda y en ocasiones incluso desordenándose al ataque. Mientras, Álvarez movía la cabeza y la cintura para quitarse jabs y eventualmente conseguía encerrar a su rival y conectar algunas manos.

Así, a la vez que condenaba a los espectadores a ver una pelea no demasiado entretenida, Jacobs vio reducidas críticamente sus opciones pese a que en la segunda mitad mejoró su rendimiento, comenzando a ser más eficaz con las esquivas de cintura y teniendo en ocasiones la suficiente voluntad como para llevar contra las cuerdas durante algunos instantes a su rival y lanzar alguna serie de hooks, produciéndose en el octavo round intensos intercambios en los que Canelo tiró de astucia al contragolpe con uppercuts y crochés.

En cualquier caso, aunque en el noveno round Jacobs impactó una izquierda soprendentemente nítida y contundente, en el décimo asalto ofreció cierto trabajo con su crochés y su directo diestro y en los últimos episodios el mexicano no peleó de forma tan fluida, Canelo todavía tuvo lo suficiente para mantener los asaltos nivelados con una adecuada selección de puños y una superior gestión de los ritmos del asalto. Y es que si Canelo ha logrado en el pasado impresionar a los jueces con irregulares destellos repartidos durante los tres minutos del round, más fácil lo tiene ahora para lograrlo si su precisión y su defensa son superiores.

Con la victoria Álvarez podrá poner un cierto paréntesis momentáneo a las numerosísimas críticas que recibe, puesto que, ante un boxeador de la élite de la categoría con ventaja en peso sobre el ring, logró vencer esta vez sin necesidad de puntuaciones incomprensibles. No obstante, le queda un larguísimo trabajo por delante si quiere enterrar la mala fama que se ha construido.

Tras el choque Álvarez señaló simplemente que quiere los mayores retos sin especificar en qué consisten, contestando positivamente a la pregunta del entrevistador referente a una tercera pelea con “GGG”, con el que cree haber zanjado ya su competencia con la victoria del segundo cruce pero con el que se muestra dispuesto a pelear por tercera vez si la gente lo desea.

Más allá de lo expuesto por Canelo, se sabe que Golden Boy Promotions está evaluando tres opciones posibles para las siguientes pugnas de Canelo: unificar contra el restante titular de la división del peso medio Demetrius Andrade (preferiblemente en México), enfrentarse al monarca WBA del peso supermedio Callum Smith en el estadio de Wembley o pugnar por tercera vez con Golovkin.