Manuel Valero
@Manu_Valero

Los aplausos de los más de 20.000 aficionados mexicanos que abarrotaban el T-Mobile Arena de Las Vegas (Estados Unidos) al comienzo de la pelea se convirtieron en abucheos con el paso de los asaltos. Como reflejó el triple 120-108 en las cartulinas (Álvarez se anotó todos los asaltos), el tapatío fue el único boxeador sobre el cuadrilátero, dominando a su antojo el combate, ante un Julio César Chávez Jr. (50-3-1, 32 KO) que no lo inquietó en ningún momento. Saúl Álvarez (49-1-1, 34 KO) demostró estar actualmente varios niveles por encima de Chávez Jr., realizando su trabajo desde la media distancia, esquivando las escasas manos que sacó su oponente. A pesar de su abrumador dominio, Álvarez se conformó con llevarse la victoria por puntos, mientras que Chávez Jr., a diferencia del último asalto que realizó en su enfrentamiento con «Maravilla» Martínez, no intentó una ofensiva a la desesperada en busca de una victoria por la vía del cloroformo, contrastando esta pasividad con la excelsa combatividad que mostró su padre a lo largo de su histórica carrera, volviendo a quedar claro que el apellido que que porta sigue eclipsándolo.

El sabor que dejó hace dos años el Floyd Mayweather-Manny Pacquiao se reprodujo en la boca de los espectadores, decepcionados por la escasa emoción de un duelo con dos boxeadores mexicanos como protagonistas. Óscar De la Hoya volvió a poner en bandeja de plata una gran victoria mediática, que no deportiva, a la estrella de su promotora, que se embolsará cinco millones dólares, más un importante porcentaje de las ventas en PPV, que podrían sobrepasar la estimable barrera del millón de ventas. En sus declaraciones posteriores al combate, Chávez Jr. reconoció su bajo rendimiento, excusándose en que la bajada de peso le pasó factura, así como la falta de adaptación a la estrategia planteada por Nacho Beristáin.

Los presentes tardaron menos de cinco minutos en pasar página de la soporífera pelea vivida, con la aparición del kazajo Gennady Golovkin sobre el cuadrilátero. Tras años de espera y cruces de declaraciones entre ambos equipos, se confirmó que el ratificado como rey del noble arte en México, «Canelo» Álvarez, y el indiscutible monarca del peso medio,»GGG», se verán las caras el próximo 16 de septiembre, en la que sin duda será la pelea que marque el devenir del 2017.