Manuel Valero
@Manu_Valero

Dos mexicanos paralizarán Las Vegas (Nevada, Estados Unidos) el 6 de mayo, coincidiendo con las fiestas conmemorativas de la Batalla de Puebla, contrastando el combate sin título en juego, no es necesario, que acogerá el flamante T-Mobile Arena con el clima de tensión que se vive entre ambos países desde la llegada al poder de Donald Trump. Poco importará a los aficionados que no haya título en juego en la pelea que disputarán Saúl «Canelo» Álvarez (48-1-1, 34 KO) y Julio César Chávez Jr. (50-2-1, 32 KO), enfrentándose al fin los dos grandes referentes boxísticos de México en el último lustro. Álvarez, de 26 años, es ya una figura consagrada en Estados Unidos, a pesar de su derrota frente a Floyd Mayweather Jr., encabezando actualmente las listas de venta de PPV. Por su parte, «el Hijo de la leyenda», no ha alcanzado los éxitos que le vaticinaba la prensa de su país, protagonizando innumerables episodios para olvidar fuera del gimnasio tras su derrota ante Sergio «Maravilla» Martínez.

La legión de aficionados mexicanos al noble arte se encuentra dividida entre ambos, apuntándose el púgil pelirrojo el primer tanto en la presentación del combate que tuvo lugar ayer en México D.F., donde el tapatío fue el más aplaudido, a pesar de su bajada de popularidad tras ceder el título a Gennady Golovkin sin subir al ring.
«A algunos aficionados no les gustaré, a otros sí, pero esta pelea es para México, me voy a preparar como siempre para daros un gran espectáculo», dijo Álvarez, escoltado por su promotor, Óscar De la Hoya.
«La presión es para él (Canelo), cedimos a todas sus exigencias para firmar la pelea que tanto ansiábamos todos», declaró Chávez Jr., trasladando la presión a su rival. Terminados sus parlamentos, ambos se mostraron respetuosos en el tradicional cara a cara, apreciándose la notable ventaja de estatura que tendrá el de Sinaloa sobre el cuadrilátero.