Darío Pérez
@Ringsider2020
Saúl «Canelo» Álvarez (56-1-2, 38 KO) quiere hacer historia este sábado en el MGM Grand de Las Vegas, Estados Unidos. El de Jalisco, México, puede ser el primer púgil de origen hispano en conseguir acumular todos los títulos de un peso en la llamada época de los cuatro organismos, en este caso la categoría del supermedio.
Su contrincante en el combate de fondo de esta velada organizada por PBC será el estadounidense Caleb Plant (21-0, 12 KO). Para la cita, este sábado por la noche, ya madrugada española, Canelo aporta los campeonatos mundiales WBA, WBC y WBO, mientras que Plant cuenta con el título homónimo de la IBF. Siempre que no haya empate, uno de ambos saldrá consagrado como el mejor peso supermedio del globo.
El azteca, mejor boxeador de los últimos años en cualquier peso para gran parte de los aficionados y analistas, llega de vencer en los últimos meses a Callum Smith y Billy Joe Saunders, con el anecdótico encuentro con Yildirim en medio; así ha ido alzándose con los cintos citados. Tras dejar Golden Boy Promotions y ser agente libre, está en su etapa más activa y fructífera como boxeador en la última década, lo que ha abierto de nuevo el debate sobre el papel de las promotoras respecto a la carrera de las grandes estrellas del pugilismo.
De un perfil mucho más bajo, pero invicto y con buena calidad técnica, Plant lleva desde enero sin combatir, cuando venció a su tocayo Truax en una pelea sin gran oposición. Ahí reside la gran diferencia entre él y Álvarez, el rodaje, la experiencia y la dureza de los rivales a los que se han enfrentado. Por todo ello y por lo intocable que se ha mostrado en los últimos años (dejando de lado asuntos como el dopaje revoloteando al Team Reynoso, con varios de sus boxeadores y el propio Canelo coqueteando con episodios limítrofes), el de Guadalajara es considerado gran favorito en las apuestas y análisis.
A todos los muchos alicientes de la pelea, se añade la animadversión que parece existir entre ambos, lo que se puso de manifiesto en el careo vivido hace unas semanas, donde llegaron a las manos ambos contendientes (lo que se tradujo en un corte en el pómulo de Plant). Por eso, Canelo ha reconocido incluso que tendrá más ganas que nunca de pegar y noquear con saña al de Nashville.
Como complemento a la pugna principal, veremos una pugna de estadounidenses entre el antiguo campeón mundial supermedio Anthony Dirrell (33-2-2, 24 KO) midiéndose a Marcos Hernández (15-4-2, 3 KO). Dirrell intenta regresar al puesto estelar en los grandes combates, ya que se encuentra clasificado en la zona noble de listas mundiales WBA y WBC.
Veremos también el muy bien casado choque entre el dominicano Elvis Rodríguez (11-1-1, 10 KO) y el mexicano Juan Pablo Romero (14-0, 9 KO), en el peso superligero. Veremos cómo se ha recuperado Rodríguez, visto hasta hace meses como una de las grandes promesas del boxeo mundial, de su derrota ante Kenneth Sims Jr. Romero es un rocoso y experto rival (31 años) para este combate que definirá el futuro de ambos.
Abrirá la parte televisada de la gala el mexicano Rey Vargas (34-0. 22 KO), brillante campeón mundial supergallo WBC desde 2017 hasta su grave lesión. Ahora vuelve a sus 31 años tras más de dos años en el dique seco tras una importante fractura en una pierna. Su rival, previo a un ya casi pactado duelo en el peso pluma con Gary Russell, será su compatriota Leonardo Báez (21-4, 12 KO), que acumula buen rodaje con tres victorias consecutivas en los últimos meses.
