Daniel Pi
@BastionBoxeo

A sus 21 años, Jaime Munguía (28-0, 24 KO) rozó durante días un combate ante uno de los mayores nombres del boxeo actual, ya que estuvo a punto de entrar como rival de sustitución al encuentro planeado para Gennady Golovkin el 5 de mayo. Con todo, como sabemos, la pelea terminó por no materializarse para Munguía, truncándose el sueño del mexicano, que deseaba esta contienda a pesar de que era vista mayoritariamente como desproporcionadamente arriesgada para un boxeador tan joven y sin experiencia al máximo nivel.

De todos modos, tras esta decepción le aguardaba un oculto giro del destino totalmente favorable a sus intereses. En lugar de poner su récord y su integridad en riesgo ante uno de los mayores pegadores del boxeo actual, para el cual habría tenido que ascender de división, el invicto Munguía recibió casualmente poco después una inesperada oportunidad en la que resultaba infinitamente más fácil que se coronase campeón mundial.

Después de que el aspirante obligatorio Liam Smith no pudiese mantener su régimen de entrenamientos por una enfermedad, teniendo que retirarse del campeonato, el monarca WBO del peso superwélter Sadam Ali (26-1, 14 KO) y su equipo eligieron a Munguía como sustituto para mantener en pie la velada de este sábado 12 de mayo en el Turning Stone Resort & Casino de Verona (Estados Unidos).

Dicha elección se basa en la pretensión de dar legitimidad al reinado de Ali, dado que su coronación ante Miguel Cotto, que boxeó durante bastantes rounds con un solo brazo (en el otro sufrió una dolorosa lesión), no le ha reportado grandes alabanzas, si bien se produjo contra pronóstico. Por ello, si consigue batir a un púgil valorado por varios medios estadounidenses como prospecto del año 2017 (entre ellos la revista The Ring) y que a punto estuvo de ser adversario de “GGG”, Ali dará un importante golpe en la mesa para reivindicarse. Además, sin la carga de críticas que recibió Golovkin cuando consideró a Munguía como posible oponente, puesto que Ali no es un gran pegador, no posee extenso bagaje en la cumbre, no requiere que su rival suba de división y, en definitiva, se ha mostrado batible.

En cualquier caso, aunque el equipo de Ali piensa que puede aprovechar este momento para superar a un púgil todavía en evolución y sin experiencia ante boxeadores del top 15, puede que la apuesta haya sido un grave error, ya que Munguía es verdaderamente un oponente temible. Con 1,82 m de altura y un físico mucho más fuerte que el de Ali tras la rehidratación, meramente por estatura, potencia y fortaleza el mexicano ya sería un adversario a tener en cuenta, pero si a esto se le suman casi 140 peleas amateur, casi cinco años como boxeador profesional y un 86% de triunfos antes del límite, se empieza a tener una imagen más clara del peligro que representa. Sin embargo, sus puntos a favor no terminan ni mucho menos aquí, dado que posee un boxeo muy agresivo, en el que avanza con calma y absoluta certeza en el nocaut lanzando constantes manos de poder con la intención no de puntuar sino de destruir a sus adversarios, algo que consigue con gran sencillez.

Es por esto que, midiéndose a un boxeador que ha mostrado problemas de encaje y que ha pasado por grandes dificultades ante púgiles que presionan con intensidad, como un Johan Pérez y un Jessie Vargas mucho menos contundentes que Munguía, parece posible que el retador consiga desbancar al monarca. Y es que, si se le daban muchas opciones a Liam Smith para derrotar a Ali, cómo no van a dárselas a un Munguía infinitamente más peligroso al ataque.

Dado que Ali es mucho más veloz de manos y más ágil, su estrategia debe basarse en utilizar sus fugaces directos y mantenerse muy dinámico, siendo posible que pueda anotarse con solvencia los primeros rounds. Con todo, dado que a largo plazo su ritmo no se mantiene estable, no gestiona bien la presión por su descuidado uso del jab y cualquier golpe de poder de Munguía podría tener consecuencias cruciales, especialmente su demoledor gancho zurdo al hígado, a Ali le espera una noche llena de trabajo y evidente riesgo a pesar de la infravaloración que su entrenador hace del mexicano:

“Jaime se ha enfrentado a algunos rivales, y sin duda en su récord puedes encontrar a un carnicero, a un panadero y a un conductor de taxis. Así que este va a ser un ambiente completamente diferente para él y espero que esté listo para ello. Cuento con que Sadam lucirá espectacular”, señaló sin el debido respeto Andre Rozier, que pareció no tener debidamente en cuenta que después del combate estas palabras se podrían volver en contra de él y, lo que es peor, de su púgil.

En el paso por la báscula Munguía marcó 69,300 kg y Ali 69,400 kg, no superando los 69,850 kg, límite de la categoría del peso superwélter.

La victoria de Ali se paga a 1,61 € por euro apostado, mientras que la de Munguía a 2,25 €. Además hay opciones para apostar a múltiples resultados del combate.
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