Daniel Pi
@BastionBoxeo

¿Es lícito que un boxeador reciba una oportunidad mundialista obligatoria un año después de perder un cinturón mundial por un positivo en test antidopaje? Pues esto es lo que sucederá el próximo sábado en el semifondo de la velada del Spence-Porter que se producirá en el Staples Center de Los Ángeles (Estados Unidos), ya que el estadounidense David Benavídez (21-0, 18 KO) (a la derecha en la imagen), que perdió su corona mundial WBC del peso supermedio en septiembre del pasado año, volverá a pelear por dicho cinturón como retador oficial del actual poseedor, su compatriota Anthony Dirrell (33-1-1, 24 KO).

Recordemos que Benavídez falló una prueba en la que dio positivo por cocaína, cosa que le supuso que el Consejo Mundial de Boxeo le quitase su cinturón, si bien dicho organismo consideró que como era una droga que consumen personas ajenas al deporte se debía ser muy indulgente con él, nombrándolo titular en receso y dejándole a la espera de recuperar el cetro. Con todo, esta decisión, además de ser arbitraria, no es coherente si tenemos en cuenta precedentes en otros deportes.

Y es que ha sido probado que algunos deportistas recientes han introducido en su organismo cocaína con la intención exclusiva de mejorar su rendimiento, si bien pretendían escudar su dopaje al ser una droga de uso mayoritariamente extradeportivo. Asimismo, antes de que los esteroides y otras sustancias potentes fuesen de uso común, es sabido que la cocaína fue utilizada por diversos deportistas para intentar conseguir un mayor rendimiento, algo que los científicos aseguran que lograban. Finalmente, algunos expertos han apuntado a que dicha droga podría ser utilizada hoy en día como agente enmascarador de otras sustancias.

Sea como sea, por los efectos que puede tener dicha droga, entre los que se encuentran fiebre, aceleración cardíaca o incluso una muerte repentina, su uso es extremadamente peligroso para cualquier deportista, habiendo provocado fallecimientos en otros deportes, por lo que su uso no debe de ser aceptado y perdonado con una palmada en el hombro en el pugilismo, ya que el boxeador que trata con ello juega ni más ni menos que con su vida.

Sin tener esas consideraciones en cuenta, y rechazando darle una revancha inmediata a Avni Yildirim tras el desenlace con cierta polémica de su campeonato mundial del peso supermedio ante Anthony Dirrell, que se coronó por decisión técnica a causa de un corte, el WBC ha apresurado el nuevo asalto mundialista de Benavídez, que entrará como muy claro favorito al mundial de este sábado ante el mencionado titular.

De los hermanos Dirrell (el exretador mundial Andre Dirrell es su hermano mayor), Anthony normalmente ha sido el mejor valorado de ambos, poseyendo un buen boxeo lineal, reflejos y notable capacidad al contragolpe, si bien su rendimiento suele ser irregular y en sus mayores retos ha sufrido siempre dificultades, como en su ajustada victoria ante un Yildirim al que Chris Eubank Jr. destruyó, como en la revancha ante un Sakio Bika con el que empató la primera pelea o como en su única derrota ante Badou Jack. Además, hablando de su última pelea ante el turco Yildirim, Dirrell terminó introduciéndose en intercambios de golpes que no le convenían, siendo posteriormente incapaz de mantener la distancia en la pelea.

Así, peleando contra un Benavídez conocido por su pegada y su incontenible empuje, muchos piensan que Dirrell será llevado a una guerra inundada de cruces de golpes en la que el “Bandera Roja” lo mermará y quebrará contra las cuerdas. Otros señalan que Benavídez no siempre tiene tan buenos resultados como los obtenidos en su combate más reciente ante un J’Leon Love al que arrolló en dos asaltos, debiéndose recordar ciertos rounds ante Denis Douglin y, especialmente, el combate más complicado de su carrera en su primer choque ante Ronald Gavril, que aguantó sus ofensivas con mucha solidez.

Sin embargo, midiéndose un púgil muy contundente y fuerte aunque con limitaciones técnicas y otro más hábil pero que comete errores tácticos y que se considera vulnerable físicamente, se prevé que el primero, o sea Benavídez, a la larga y quizás teniendo que soportar durante algunos asaltos claros directos y contragolpes variados, terminará por impactar sus demoledores curvos causando estragos y volviendo a ceñirse el cinturón WBC.

La victoria de Dirrell se paga a 6,50 € por euro apostado, mientras que la de Benavidez a 1,11 €, y el combate nulo o empate se paga a 26 €.
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Este campeonato mundial, y la unificación Spence-Porter, se podrán ver en España a través de Eurosport 2 y Eurosport Player a partir de las 3:00 h de la madrugada del sábado al domingo.