Daniel Pi
@BastionBoxeo

El excampeón del peso crucero Tony Bellew (30-2-1, 20 KO) afirmó antes del combate: “No habrá revancha esta vez. Cerramos la cortina para ti, David, y tu carrera termina en una paliza”. Ciertamente, el enfrentamiento pareció marcar el fin de la trayectoria del excampeón mundial David Haye (28-4, 26 KO), dado que su archirrival le derribó tres veces para propinarle, por nocaut técnico en el quinto asalto, una nueva derrota en la revancha que ambos disputaron este sábado en el O2 Arena de Londres (Reino Unido).

Ocupando el centro del ring e imponiendo su velocidad, Haye arrancó con buenos resultados con su jab y con eventuales derechazos, que enrojecieron e inflamaron ligeramente en el primer asalto el lado izquierdo del rostro de Bellew. Eventualmente, Bellew intentó encadenar su gancho zurdo con su directo, entre otros golpes, pero oportunos paso atrás de Haye frustraron sus ataques. Todo ello a la vez que el uno-dos de “Hayemaker” llegaba con creciente claridad y sus entradas y salidas ostentaban un buen porcentaje de acierto.

Alcanzado el tercer round, el asalto decisivo en la pelea, Haye erró de forma consecutiva bastantes manos, fallos que le llevaron a precipitarse y le dieron la oportunidad a Bellew, con una derecha a la contra seguida de una izquierda curva, de dejar algo tocado a su rival, que tuvo que desplazarse para intentar evitar males mayores, si bien no lo logró. Con una combinación de gancho zurdo y directo, Haye cayó a la lona por primera vez, recibiendo una segunda caída poco después de la reanudación con otra derecha enlazada con un curvo de izquierda.

Terminado el tercer round segundos más tarde, Bellew salió al cuarto episodio decidido a sentenciar la contienda, lanzándose en una agresiva ofensiva que desembocó en peligrosos cruces de golpes hasta que una derecha dejó tocado a Haye, aunque algunas esquivas le dieron algo de margen para consumir el asalto, que igualmente terminó con Bellew anotando golpes de poder y con su oponente afectado.

Finalmente, en el quinto episodio, que se inició con bastante calma y con Haye recuperando el centro de ring, ambos lanzaron y erraron al mismo tiempo una derecha recta, tratando los dos de compensar el fallo conectando un curvo con su mano adelantada, siendo Bellew el que llegó antes, logrando derribar nuevamente a Haye. Más por la acumulación de castigo que por los puños encajados, en la reanudación, tras recibir Haye un ataque con directos de espaldas a las cuerdas, el árbitro decidió intervenir y detener el encuentro, consiguiendo la victoria Bellew.

Decepcionado con su actuación y siendo consciente de que ha perdido la oportunidad de obtener un triunfo crucial en su carrera, Haye afirmó tras el combate: “Pensé que estaba suficientemente en forma para vencerle, finalmente no lo estaba, pero es un gran campeón. ¿Es esto el fin? No me he sentido bien esta noche, pero no lo sé. He perdido contra quien ha sido mejor, así que felicidades a Tony”.

Por su parte, Bellew recordó entre lágrimas a su cuñado, que falleció en el mes de agosto, y señaló respecto a su futuro: “No sé qué voy a hacer a continuación. ¿A quién queréis que me enfrente ahora? Dillian [Whyte] es un buen peleador, necesito un título o un gran nombre, necesito una megaestrella. ¿Qué tal Andre Ward? ¿Ward, Gassiev, Usyk? Mencionadlos y yo continuo venciéndolos”.

Joyce y Ryder noquearon
Tanto el combate de peso pesado entre el plata olímpico Joe Joyce (4-0, 4 KO) y Lenroy Thomas (22-5-1, 10 KO) como el duelo entre británicos del peso supermedio entre John Ryder (26-4, 14 KO) y Jamie Cox (25-2, 14 KO) terminaron en un nocaut técnico en el segundo episodio, venciendo en ambos los favoritos. En el duelo del peso máximo, Joyce salió a por el triunfo antes del límite desde el comienzo, atropellando con agresivas y desordenadas ofensivas a un Thomas que ni siquiera con una mentalidad de supervivencia evitó la rápida derrota. Respecto al cruce en los 76,2 kg, ambos púgiles decidieron boxear sin demasiados espacios hasta que un gancho diestro a la contra de Ryder puso de rodillas a Cox, que no se levantó hasta que el árbitro ya había pronunciado el nueve en la cuenta.

Con este éxito, Joyce da un paso más en su pretendida escalada rápida hacia la cumbre de la listas, pareciendo sobradamente listo para afrontar combates ante púgiles más ambiciosos y competentes. Por lo que se refiere a Ryder, éste le pidió tras el combate a Eddie Hearn un campeonato mundial, mostrándose dispuesto el promotor a conseguirle, por título o no, una gran oportunidad.