Manuel Valero
@Manu_Valero

78.000 espectadores abarrotaron el Principality Stadium de Cardiff (Gales) para presenciar la primera pelea de Anthony Joshua (20-0, 20 KO) después de su histórica victoria frente a Wladimir Klitschko del pasado 29 de abril. A pesar de confirmarse que boxearía con el británico sólo con doce días de antelación, Carlos Takam (35-4-1, 27 KO) superó las expectativas puestas en él, obligando al campeón mundial WBA e IBF del peso pesado a trabajar durante los diez asaltos que duró la contienda.

En el segundo asalto, la cabeza del francés impactó duramente en la nariz de Joshua cuando trataba de romper la guardia de este, causándole una molesta lesión fruto del choque. La madurez del británico quedó patente, no desesperándose con este contratiempo, acelerando el ritmo de sus acciones ofensivas en el cuarto round, pero la sobresaliente capacidad de asimilación de Takam hizo que este cayera cuando la campana estaba a punto de sonar. Con Joshua en la corta distancia, el galo decidió esperar el momento perfecto para tratar de sorprenderlo con su derecha, intentando minar la capacidad física del campeón castigando el cuerpo.

Los golpes de Joshua abrieron un incómodo corte en el ojo derecho del aspirante, tratando el británico de acabar el combate antes del límite. El árbitro, Phil Edwards, detuvo el combate en el décimo round, a pesar de que Takam todavía no se había ido a la lona, reaccionando con silbidos el público a la decisión del referí. El francés de origen camerunés declaró que la pelea se había detenido demasiado pronto, ya que todavía se encontraba en condiciones de seguir boxeando.

Finalizado el combate, Joshua comenzó la segunda parte de su particular show, recostándose en las cuerdas para encandilar a sus seguidores con su dominio del micrófono. El prematuro campeón que conquistó el cinturón hace dieciocho meses frente a Charles Martin es ya la mayor estrella deportiva del Reino Unido, donde el boxeo vive actualmente su época dorada. Además, Joshua se ha convertido en la gallina de los huevos de oro del promotor Eddie Hearn, generando cifras astronómicas, que lo convierten en el boxeador mejor pagado del momento.

El peso pesado comienza a renacer del letargo en el que ha estado sumido en los últimos años, aunque lejos quedan tiempos pasados. En el horizonte se dibuja un duelo transoceánico entre Anthony Joshua y Deontay Wilder, para el que las negociaciones se prevén largas. Por el momento, el inglés permanecerá varias semanas descansando para recuperarse de la lesión sufrida en la nariz, mientras que «El Bombardero de Bronce» peleará con Bermane Stiverne por segunda vez el 4 de noviembre.