Daniel Pi
@BastionBoxeo

La consolidación de Anthony Joshua 19(19KO)-0 como la mayor figura del peso pesado en la actualidad con su espectacular combate ante Wladimir Klitschko, vencido por nocaut técnico en el undécimo round, ha tenido entre otras consecuencias que haya surgido como uno de los principales candidatos a posicionarse en la cúspide de los rankings de todos los pesos y que su notable carisma y su gran cantidad de seguidores se hayan visto aumentados hasta tal punto que su promotor considera que los 20.000 asientos del O2 Arena de Londres son ya manifiestamente insuficientes para su capacidad de movilización.

Además, siendo el boxeador más sólido, efectivo y equilibrado de los que componen la élite mundial de un peso pesado todavía con un nivel medio en su cumbre bastante insatisfactorio, y siendo su ambición mayor incluso que sus cualidades, parece que el 2018 debería deparar para Joshua duelos de unificación en los que intentar aunar todos los cetros de la división, empeño en el que tendrá el total apoyo de Eddie Hearn.

Aun así, antes de poner sus miras en los demás monarcas, el campeón WBA e IBF Joshua deberá hacer frente a una defensa obligatoria para el segundo organismo mencionado, puesta en juego que se producirá este sábado en el Principality Stadium de Cardiff (Reino Unido), con capacidad para 75.000 espectadores, ante el durísimo Carlos Takam (35-3-1, 27 KO), oponente que para muchos no tendrá posibilidad de poner en apuros al monarca pero que es un boxeador realmente competente e incluso inmejorable si se tiene en cuenta que es un rival de sustitución.

Hay que recordar que el adversario inicial de Joshua iba a ser el exretador mundial Kubrat Pulev, pero éste sufrió una lesión de hombro que, dos semanas antes de la contienda, obligó a recurrir al boxeador que Hearn había situado en reserva de cara a una posible eventualidad de este tipo, un Carlos Takam que era el púgil que seguía al búlgaro en el ranking de la Federación Internacional de Boxeo y que, por ello, contará con la etiqueta de aspirante oficial.

Sin duda, este cambio de contrincante suponía modificar totalmente cualquier plan de batalla establecido por parte del equipo de Joshua, que ante Pulev, con una estatura y alcance similares a los suyos, quería demostrar su inteligencia de ring y su capacidad para imponerse en la distancia larga, calmadamente y sin recurrir a su inigualable fortaleza física. Al contrario, Takam es un boxeador que garantizará intercambios de golpes sin espacios o, al menos, lo intentará. El francés de origen camerunés es 11 cm más bajo que el titular y posee un estilo basado en gran parte en el empuje frontal, por lo que, tirando de rocoso encaje, resistencia física, movimientos de cintura y velocidad en la arremetida, intentará resistir y pasar los rectos de Joshua y buscar golpes de poder curvos en la corta.

Ciertamente, ha sido inevitable que muchos apunten que si la mejor victoria de Takam fue la obtenida ante Tony Thompson sus posibilidades ante “AJ” serán nulas, pero no se debe prestar tanta atención a sus victorias como a sus derrotas ante boxeadores del top 5. Contra Mike Pérez sufrió un controvertido empate. Ante un Alexander Povetkin que entonces se ayudaba con meldonium (esta sustancia todavía no había sido prohibida) ofreció una durísima batalla de desgaste en la que sólo cedió, tras enormes esfuerzos del ruso, en el décimo round. Junto a estos resultados, en una eliminatoria contra el ahora campeón WBO Joseph Parker rozó el triunfo tanto a los puntos como antes del límite hostigando prolongadamente al neozelandés y estremeciéndolo repetidas veces hasta dejarle al borde de la ruptura, si bien errores tácticos y un bajón de rendimiento le alejaron de la victoria.

Así, aunque muchos creen ver en las muestras de cautela de Joshua ante este aspirante y las loas hacia él una mera intención promocional para hacer más aceptable para los aficionados la modificación de oponente, lo cierto es que tiene motivos para andarse con cuidado. De todos modos, el grado de precaución que Joshua deberá tener es insuficiente para que, teniendo en cuenta el formidable momento por el que pasa, las casas de apuestas le consideren otra cosa que abrumador favorito. Tanto es así que incluso se paga más por la victoria de Takam que por la de Stiverne ante Wilder.

Efectivamente, si el retador Takam opta por ceder la iniciativa al comienzo como hizo ante Parker, error que resultó decisivo, Joshua le arrollará sin demasiadas dificultades con su jab, su uno-dos y sus directos enlazados con curvos. Por otro lado, si, como se espera, Takam opta por un avance agresivo sobre su rival las opciones de desarrollo de la pugna se diversificarán, aunque igualmente el aspirante tendrá sumamente complicado superar al campeón. Los abiertos curvos del experimentado Takam, muchas veces con salto ante los adversarios más altos, siempre podrían llegar con contundencia y sorprender a un Joshua que en caso de que deje alargarse demasiado la pugna y permita que se desarrolle en corta podría sufrir cierto desgaste. Con todo, dado que Joshua es, pese a sus dimensiones, un púgil velocísimo y sumamente preciso, además de un pegador inconmensurable, lo más probable es que con un buen desempeño en la distancia larga y media pueda castigar duramente a un Takam que tendrá que sufrir demasiado para abrirse camino hasta su contrincante. En cualquier caso, por las características de ambos, todo parece indicar que el combate debería resultar realmente espectacular y entretenido y que debería dejar golpes de poder temibles y grandes muestras de coraje quizás culminadas por un brutal nocaut.

En la ceremonia de pesaje Joshua paró la báscula en 115,2 kg, el peso más elevado que ha marcado en toda su trayectoria profesional, mientras que Takam dio un mucho más ligero 106,8 kg.

La victoria de Joshua se paga a 1,02 € por euro apostado, mientras que la de Takam 13,00 €. Además hay apuestas para múltiples resultados del combate.
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