Daniel Pi
@BastionBoxeo

Foto: Ancajas-Archivo

No eran peleas en las que, sobre el papel, hubiese un claro peligro de derrota contra pronóstico, pero sí tenían el riesgo de que los favoritos luciesen menos de lo esperado, dañando la valoración que de ellos se hace. Pues bien, este pasado viernes en el Oracle Arena de Oakland (Estados Unidos) hubo disparidad entre las actuaciones del campeón mundial IBF del peso supermosca Jerwin Ancajas (30-1-2, 20 KO) y del monarca mundial IBF del peso supermedio José Uzcátegui (28-2, 23 KO) pero ninguno de los dos deslumbró. Y es que Ancajas sólo pudo empatar por decisión dividida contra el complicado mexicano Alejandro Santiago Barrios (16-2-5, 7 KO), mientras que Uzcátegui controló pero no favoreció a su imagen en su victoria por decisión unánime sobre Ezequiel Maderna (26-5, 16 KO).

Retuvo por la mínima
El combate en larga de limitada intensidad que abrió la pugna fue aprovechado por Ancajas para usar su mayor alcance y tener mejores resultados con sus directos en entradas y salidas, si bien pronto su oponente, por su buena gestión de los tiempos de ataque y sus reflejos al contragolpe, anotó claros directos y ganchos, destacando unos curvos en un cruce de golpes al final del segundo round que movieron un tanto al monarca. Ancajas no estaba cómodo por los veloces movimientos de Alejandro Santiago Barrios en forma de giros, cambios de línea o ágiles retrocesos, siendo alcanzado con mayor claridad que su rival, que conectó en el cuarto una curva derecha abierta y un uppercut zurdo que sacudieron la cabeza del filipino.

Los ganchos y los cortos directos a la contra de Barrios estaban generando muchas complicaciones a Ancajas, que ni presionando ni cediendo la iniciativa ni manteniendo un planteamiento neutro conseguía encontrar su boxeo, aunque olvidándose más de su jab y aprovechando su posición de zurdo para lanzar izquierdas rectas aisladas compensó algo sus dificultades. Así, la pelea perdió actividad, boxeando ambos con más cautela, pero Barrios, por su ventaja inicial, por su destreza para elegir cuándo pasar a la ofensiva y cuándo contraatacar y por su habilidad para quitarse manos, estaba conduciendo a la derrota al monarca. A consecuencia de ellos, Ancajas intentó dar más frecuencia a sus directos y culminarlos con gancho siempre que fuese posible, por lo que, con Barrios mostrándose menos explosivo y algo cansado, Ancajas pudo capturar asaltos vitales en el último tercio.

Las cartulinas de 116-112 favorable Ancajas, de 118-111 a favor de Santiago y de 114-114 reflejan lo difícil que resultó la lectura del combate, siendo de dichas puntuaciones la más equivocada el 118-111 y la más acertada el empate. En cualquier caso, y al margen de la polémica que el veredicto ha causado, con opiniones en todas las direcciones, Ancajas pretendía superar su anterior actuación ante Jonas Sultan pero no lo consiguió y a punto estuvo de perder su cinturón, no estando claro si habiéndose mantenido tan alejado de los combates contra la élite ha visto su mejor boxeo diluirse, si necesita un cambio de entrenador por un estancamiento en su rendimiento o si simplemente el estilo de Barrios, que ofreció otra vez una estupenda actuación ante un invicto partiendo lejísimos en las apuestas, encajó mal con el suyo.

Sea como sea, habiéndose quedado sin plataforma en la que combatir en Estados Unidos con el fin del boxeo en HBO púgiles de la talla de Román “Chocolatito” González, Wisaksil Wangek (también conocido como Srisaket Sor Rungvisai), Juan Francisco Estrada, Donnie Nietes o Kazuto Ioka, y pareciendo inevitable que Bob Arum pueda atraer alguno de ellos hacia ESPN para lograr el esperado gran combate que el campeón IBF tanto ha aguardado, estos problemas en el boxeo de Ancajas no han podido llegar en peor momento, abriéndose ahora para él un periodo de toma de decisiones trascendentales y de drásticas modificaciones.

El noqueador no noqueó
Ciertamente, la pelea no representaba una amenaza evidente para Uzcátegui, pero su conformista actuación en una pelea sin cinturón en juego, que terminó con sonoros abucheos, no contribuyó en nada a su prestigio. Presionando con constancia pero escasa intensidad, Uzcátegui se limitó a lanzar secos jabs, ganchos de ambas manos (casi exclusivamente al rostro y no al torso) y algún uno-dos para anotarse round tras round a base de golpes de poder. Por su parte, Maderna caminó el ring e intentó ofrecer la mejor respuesta que pudo en un combate entre el boxeador más temido de la división y un púgil que ni siquiera está situado en el top 15.

Pese a que su control de la pelea fue casi total, reflejado en las cartulinas de doble 100-90 y 98-92, hubo detalles de Uzcátegui que no gustaron nada a los críticos, como por ejemplo cuando, después de un descanso en el que se dedicó a saludar al público, su falta de seriedad se tradujo en que recibió un gancho zurdo que lo sacudió. Del mismo modo, pese a su inferioridad total y al castigo recibido, como algunas tremendas derechas, Maderna trató siempre de replicar y en el séptimo asalto, cuando su rival excediendo su confianza bajó las manos, le propinó claros directos.

Tras el combate, Uzcátegui aseguró que no había querido noquear para que los campeones de la división se confíen y le den una unificación, aunque esta explicación no resultó convincente para muchos, que lo consideraron una excusa por no poder cumplir las expectativas. Asimismo, no parece que este sea el momento para fingir vulnerabilidades para atraer a los demás monarcas teniendo encima, como él mismo recordó, una defensa obligatoria de mucha exigencia ante el habilidosísimo estadounidense Caleb Plant. “Bolivita” afirmó que si vence a éste querrá medirse a Gilberto Ramírez, pero habiendo dado apoyo con su actuación ante Maderna a los que sospechan que contra los boxeadores dinámicos no logra asentar tanto sus golpes y padece por su previsibilidad, no debería mirar más allá de su aspirante oficial, un Plant que quizás es el boxeador más elusivo y móvil de cuantos hay en el top 15 del peso supermedio.