Jesús Cova-WBA

Muchos analistas del comportamiento humano se han preguntado desde siempre la razón por la cual algunas personas que conceptúan al boxeo como una práctica brutal y primitiva dejan de lado tal criterio cuando asisten a una sala de cine o lo ven por TV. Entonces se divierten y hasta gritan emocionadas al observar en la pantalla una pelea “de mentira”. Sin embargo, no reaccionan de igual modo si se trata de documentales acerca del tema boxístico, a los que miran con total indiferencia.

El escritor hispano Pablo Mérida, autor de El boxeo en el cine 1894-1994, ofrece una simple respuesta a la interrogante, aunque pudiera haber varias: sencillamente, según el escritor, la razón es que saben que lo que ven en el film es algo del mundo irreal, de la fantasía, y rechazan los hechos verdaderos, en el segundo caso.

Aun cuando lo que sigue no tiene una relación directa con lo contenido en las líneas precedentes, bien vale la pena acotar y reiterar que el boxeo es la disciplina deportiva con mayor participación en la denominada Gran Pantalla, casi desde el mismo nacimiento de la industria del Séptimo Arte, que fue una creación de los hermanos franceses Auguste y Louis Lumiére, quienes patentaron su invento el 13 de febrero de 1895 y realizaron luego su primera película, Salida de los obreros de la fábrica Lumiére en Lyon Monplaisir, muda, naturalmente, presentada el 12 de marzo del mismo año, tres días después del rodaje.

Al respecto recuenta Mérida que desde cuando Thomas Alva Edison, inventor del kinetoscopio o kinescopio y el kinetógrafo, entre otras genialidades, se alió al también científico William K.L. Dickson para, entre ambos, formar el embrión de lo que con el tiempo sería el cine de boxeo, cuyo resultado sería la primera cinta sobre el deporte de los puños, que se llamó The Leonard-Cushing Fight (El combate Leonard vs Cushing), cuya rudimentaria filmación comenzó el 15 de junio de 1894 para ser exhibida unos meses después en un local de la calle 83 de New York. “Ninguno de los participantes en el rodaje, ni ningún periódico dio una versión clara de cómo finalizó la velada… (pero) el boxeo en el cine ya era una realidad”.

De entonces hasta hoy son cientos, mejor miles, los combates verdaderos y los de ficción que han sido presentados en el cine, con Muhammad Ali como el personaje de la vida real que en mayor número de ocasiones ha sido centro del argumento en documentales tales como “Cuando éramos reyes”, “Ali, el más grande”, “Facing Ali” y el más reciente “Yo soy Ali” (2014), además de la muy conocida “Ali”, película en la que el actor Will Smith personificó al más famoso boxeador de la historia.