Daniel Areces
@DArecesGlez
Foto: Montse Castillo

La semana pasada el púgil gijonés Alejandro Rodríguez Pereira anunciaba su retirada del boxeo. Después de casi 20 años dedicados a la competición, donde conjugaría la práctica de este deporte y otras disciplinas, llegaría la hora de ponerle el punto y final. Por ello, Rodríguez Pereira atendería a ESPABOX con toda la amabilidad y cortesía que le caracteriza, para comentarnos que le condujo a adoptar esa decisión y también, recordar lo más destacado de su trayectoria deportiva en la siguiente entrevista.

– ¿Qué te ha motivado a tomar la decisión de colgar los guantes?
-Llevaba tiempo meditándolo, porque ya no me veía igual de bien que hace años. Además ya tengo 35 años, dos hijas, y cada vez te cuesta más ir a entrenar y separarte de ellas. Finalmente, la gota que colmó el vaso, fueron las lesiones. Hace un par de meses que me detectaron una hernia en las cervicales, no es muy grave, pero para evitar males mayores y con todo lo que te dije antes, decidimos dejarlo. Fue una decisión que me costó mucho tomarla.

– ¿Seguirás vinculado a los deportes de contacto?
-Sí, seguiré practicando boxeo y más disciplinas. De hecho, estoy practicando ahora un poco de light contact y full contact, para regresar también a mis orígenes. Seguiré siendo un gran aficionado al boxeo pero sin competir. El competir ya se terminó.

– Echando la mirada un poco hacia atrás, empezaste tu trayectoria en el full contact. Cuéntanos un poco cómo fue esa etapa y tus comienzos en los deportes de contacto.
-Empecé con 15 años a practicar full contact con el que sigue siendo mi entrenador, Chus Prado, y con 18 años más o menos empecé a competir. Me fue bastante bien, conseguí varios campeonatos de España de amateur y ya como profesional, conseguí el de España y el de Europa. Con 26 años, fue cuando empecé también a hacer boxeo y llegó un momento, en el que practicaba full contact y boxeo. Luego ya decidimos seguir sólo con el boxeo y ya en el año 2005, comenzamos a boxear exclusivamente.

– Darías paso al boxeo, ¿Qué te motivo a empezar en el boxeo?
-A mí el boxeo, desde siempre, me gustó mucho. Desde pequeño, siempre que podía, veía boxeo en Telecinco o donde fuera. Me gustaba mucho. Cuando empecé en el full contact, a pesar de ser un deporte de puño/pierna, yo utilizaba principalmente el puño. Más adelante, Juan del Valle empezó a boxear, que también venía de practicar full contact, y él fue un poco quien abrió el camino. Como vimos que le iba bien y estaba cómodo, pues empezamos también con el boxeo.

– Cosecharías grandes triunfos como boxeador amateur: Campeón de España, Medallista en los campeonatos de la Unión Europea… Háblanos de esas experiencia amateur.
-En boxeo, debuté directamente en neoprofesional. Hice una pelea en neoprofesional con Alex Bone en Gijón y después de esa pelea fui directamente a los campeonatos de España. En ese año, en 2005, quedé medalla de plata en los campeonatos que se disputaron en Valladolid. Hice cuatro peleas y en la final perdí contra Guti, que fue un miembro muy importante de la selección. Al año siguiente, volvimos otra vez, y nos tocó de nuevo Guti. Volvimos a perder. Entonces le dije a mi entrenador, a Chus, que ya no volveríamos a boxear más en amateur y tenía pensado subir a profesional. Pero tuve una lesión, una brecha bastante complicada en una ceja, y no podía boxear sin casco. Cada vez que me golpeaban en esa zona, me dolía bastante. Luego se me infectaría y bueno, muchos problemas con esa ceja.
Con esta lesión y con la licencia prácticamente hecha para debutar en profesional, volvían a ser los campeonatos de España. Entonces, ya que no podía recibir golpes fuertes, Chus me dijo que fuese para hacer combates en el peso ligero y así probarnos. Tuve suerte, hice cuatro peleas y quede campeón de España. A partir de ahí cambió un poquitín todo. Para que veas como son las cosas, de una lesión, que es algo malo y negativo, para mí fue bastante positivo. De no haber sido por esa lesión, no hubiera ido a ese campeonato. Posteriormente me llamarían para disputar un Boxam en Galicia. Hice cuatro peleas, y a pesar de haber perdido, Manel Berdonce vio que estaba bastante hecho y que tenía garra y me convocó para la Selección.

Luego fuimos a los campeonatos de la Unión Europea, en Dublín, donde hice un gran papel obteniendo la medalla de bronce. Kelvin de la Nieve y yo fuimos los únicos en sacar medalla. A raíz de ello, me llevaron al mundial de Chicago, estuve concentrado en Cuba 10 veces y participé en varios torneos. La experiencia muy buena y fue la etapa de mi trayectoria deportiva, en la que más deportista me sentí. Estás mejor valorado, tenías tus becas y mira, voy a hacer este mes 17 años compitiendo y el año en que estuve en la Selección es cuando realmente podías decir: Esto sí es ser deportista.

– También participarías en los preolímpicos, cuéntanos esa experiencia.
-El mundial de Chicago era clasificatorio para los Juegos Olímpicos. Pero era muy complicado. Hice dos peleas, tuve la suerte de ganar una, y en la segunda me tocó un coreano que era subcampeón olímpico en Atenas. Con ese chaval, además de medir 1,80 cm o más, no tuve nada que hacer y me ganó como quiso. Después estaríamos por Europa haciendo concentraciones de cara a los preolímpicos y fuimos al de Italia. Me tocó boxear con un francés muy bueno, que era campeón de la Unión Europea, y que en Pekín quedaría subcampeón. También me ganó fácilmente. La experiencia en la Selección fue muy buena.

– En mayo de 2010, debutas con victoria como boxeador profesional en Gijón. ¿Cómo recuerdas ese debut?
-Fue algo bastante bonito y especial ya que boxeaba en casa ante nuestra gente, y también estuve muy implicado en la organización. Para mí, aparte de que era un sueño ser boxeador profesional, el debutar en casa y ante mi afición fue muy bonito. Además, nuestro rival era de una categoría superior y nada fácil para ser un debut. Mehdi El Ahmar, un rival a priori complicado, pero al final salió todo bien y nos llevamos la victoria.

– En noviembre de 2010, llegaría tu primera derrota como profesional ante Alex Parra. ¿Crees que el árbitro se precipito al detener la pelea?
-Sí, se precipitó y de hecho, él lo reconoció así. El mismo día del combate, después de pasar media hora o así, me llamó para pedirme disculpas y decirme que pensaba que estaba más tocado de lo que realmente estaba. Más tarde, el propio Lázaro Carrasco hizo una nota pública pidiéndome disculpas y demás. La verdad que fue una mano dura, porque me pilló el croché de derecha de lleno en la mandíbula, y hubo unos segundos que sí que me dejó un poquitín desorientado. Que si la para ahí, bueno, se puede entender porque estaba un poquitín desorientado. Pero después de capear el temporal y estar más o menos recuperado, estaba ya tirando manos y fue ahí cuando detuvo la pelea. De ahí fue el fallo. Me enfadé mucho, porque no sólo perdía la condición de invicto, sino que lo perdía en la Cubierta de Leganés y ante muchísima gente. Para mí fue bastante duro. Son cosas que pasan en el boxeo, Lázaro se disculpó en ese momento y yo acepté sus disculpas.

– En junio de 2012, llegaría tu primera oportunidad de asaltar el título nacional superpluma, por aquel entonces vacante, ante Ruddy Encarnación ¿Cómo recuerdas ese combate?
-Realmente esa pelea no la debía de haber aceptado. Porque cuando me dicen de hacer esta pelea con Ruddy, yo estaba lesionado. Tenía una rotura parcial del tendón del bíceps izquierdo. No debía haberla aceptado, pero como tienes ilusión, ganas y como soy echado para adelante, pues la aceptamos. Cuando empecé a entrenar para la pelea ya estábamos casi recuperándonos, pero al entrenar tan fuerte y con la lesión medio curada, pues rompió otra vez. Para no echarlo todo a perder, ya que estaba todo organizado, seguimos adelante. Pero claro, ante un chaval como Ruddy Encarnación, que me ganaba en fuerza, experiencia y encima ir hacía él lesionado, no estás preparado ni física ni mentalmente. Ese día, no me encontré bien en la pelea por todas esas razones, además, me encontraba agarrotado y me faltaba explosividad. Me ganó, me tiró dos veces y la segunda, a pesar de levantarme, el árbitro Alloza decidió parar la pelea. En ese momento me enfadé bastante, pero después de hablarlo con mi gente y viendo el video, no estaba mal parada la pelea. La victoria ya estaba decantada a favor de Ruddy, sólo quedaba un asalto y podría haber llevado más castigo de la cuenta. Es como todo, en caliente te enfadas pero luego recapacitando te das cuenta de que hizo bien.

– Subes de categoría, al peso ligero, y en febrero de 2013 disputarías el título nacional ante Emiliano Casal en Gijón. ¿Cómo recuerdas ese combate?
-Otro error, como siempre. Tú ahora lo ves a toro pasado, pero eso ya es tarde. Después de la pelea de Ruddy Encarnación, que fue en junio, decidí recuperar bien el brazo y hasta que no estuviera completamente recuperado, no hacer boxeo. Estuve tres meses parado. Empezamos a entrenar en septiembre, y noviembre, hicimos una pelea en Toledo, ante un rival bastante asequible. Gane por KO en el segundo asalto, con lo cual, tampoco me sirvió de mucho. Después de la lesión y este combate, hacemos en febrero el título nacional contra Emiliano. Fue un error porque Emiliano me ganaba en casi todo: en experiencia, en envergadura y en técnica. Luego encima del ring, yo por ejemplo para los combates no tenía facilidad para recuperar el peso, como mucho te recuperaba 2 ó 3 Kg y según tengo entendido, dicho por él también, él recuperó 11 Kg. Con lo cual, además de la envergadura, la experiencia, me sacaba 8 Kg en el ring. No digo que hubiese ganado si el peso fuese el mismo, pero bueno, fue otro hándicap más. Lo único que tenía a mi favor era el factor campo, a mí afición, y que yo iba muerte a por él con todo lo que tenía. Otra mala experiencia.

¿Qué sentiste a disputar un título nacional en casa?
-Fue algo precioso. La ciudad se volcó y ese día casi hubo 4.000 personas en el Palacio de los Deportes. Los días previos, la gente estaba muy pendiente de mí y vamos, no había nadie en Gijón que no supiese que se iba a hacer esa pelea. Para mí fue algo espectacular y ya en el pabellón, ver ese ambiente, porque el Palacio tiene capacidad para mucha gente y como no haya una buena entrada se queda vacío. Sin embargo ese día, estaba a reventar. Es uno de los mejores recuerdos que tengo y a pesar de la derrota, el cariño que me dio la gente después fue increíble. A día de hoy lo recuerdo y me emociono. Todo el mundo me esperó para animarme, porque vieron que yo lo di todo, pero me pilló esa mano en el hígado cuando ya estaba empezando a ir hacia adelante, no te digo remontando porque estaba la cosa complicada, pero ya iba con todo y ya me daba igual perder por KO. Justo cuando parecía que íbamos mejorando, me pilló esa mano y todavía no sé cómo me levanté, porque según me incorporé estuve sin respiración durante unos segundos, aun así, yo quería seguir. Pero viendo el árbitro como estaba, detuvo la pelea. Lo dejé todo sobre el cuadrilátero y además, desde el segundo asalto tenía un corte bastante feo en el pómulo. Una desilusión muy grande.

– Con todo lo dicho ¿Cuál es el mejor recuerdo que te llevas de toda tu carrera?
-Son bastantes. La época de la Selección fue muy buena por todas las experiencias vividas. También el combate con Emiliano, porque yo debuté en Gijón en 2010 y hasta que no boxeé con él, no hice ningún combate más en Gijón pues desarrollé mi carrera fuera, y llegar a Gijón y ver ese recibimiento con 4.000 personas, eso es algo que me llevaré siempre.

– ¿Y el peor?
No haber conseguido la victoria, tanto en Málaga ante Ruddy, como en Gijón ante Emiliano. Aunque el más doloroso fue este último, porque tenía mucha ilusión.

– Por nuestra parte, tan sólo darte las gracias por la entrevista y si quieres añadir algo más, adelante.
-Quiero dar las gracias a toda esa gente que me ha dado su apoyo durante todos estos años como boxeador y dar las gracias también a todos aquellos que me ayudaron en mis entrenamientos etc. Luego quiero destacar a dos personas que siempre han estado conmigo en todo momento. Por un lado mi entrenador, Chus Prado, con el que llevo 20 años y además de ser entrenador, es como un padre para mí. De hecho, es el padrino de mi hija y la relación seguirá siempre igual, porque lo es todo para mí. Y por otro lado, a mi amigo Villa. Es amigo mío desde hace muchos años y se ha volcado conmigo siempre, ha estado siempre a mi lado y por ejemplo, el poder disputar el campeonato de España en Gijón, fue cabezonería suya. Yo lo veía como algo imposible, pero él se movió y al final lo consiguió. En mi carrera deportiva le debo mucho a Villa y además lo hacía sin recibir nada a cambio. También quiero agradecer a mi familia, sobre todo a mi mujer, que siempre estuvo conmigo y me dio todo su apoyo en todo momento.
Y ya por último, cuando comuniqué por las redes sociales mi decisión de dejar el boxeo, el ver la cantidad de mensajes y muestras de cariño que recibí, me hicieron dudar si dejarlo o no. Es muy grande ver que la gente te quiere tanto y eso es algo que llevaré conmigo y de lo que estaré siempre muy agradecido.