Daniel Pi
@BastionBoxeo

Su reinado es uno de los más antiguos del boxeo actual, nada menos que cinco años poseyendo su corona WBC del peso semipesado. Sin embargo, aunque su coronación fue vista como un comienzo esperanzador hacia el estrellato, terminó desembocando en uno de los recorridos más repletos de reproches de cuantos monarcas del peso semipesado ha habido en lo que llevamos de siglo. Nos referimos con ello a la carrera de Adonis Stevenson (29-1, 24 KO), quien de ser considerado el número 1 de la división ha pasado a ser visto como el boxeador que se niega a afrontar los mayores retos, que no cumple sus defensas obligatorias y que elige un nivel de oposición realmente bajo, todo ello a la vez que la categoría se unificaba a su alrededor.

Esta forma de encarar su trayectoria le ha granjeado infinidad de detractores, que le consideran el responsable de que no se materializasen combates valorados por el público entre los mejores de todos los pesos, tal y como un nunca efectuado duelo ante Sergey “Krusher” Kovalev. Por ello, son muchos los aficionados que esperan con ansia que alguien termine su reinado e introduzca el cinturón WBC en las pugnas entre los mejores boxeadores de un peso semipesado repleto de nivel e interesantísimo. El encargado esta vez de tratar de ejecutar dicho objetivo, y quien lleva a sus espaldas las esperanzas de los opositores a Stevenson, es el sueco-gambiano, excampeón mundial del peso supermedio, Badou Jack (22-1-2, 13 KO), al que se medirá en el Air Canada Centre de Toronto (Canadá).

Si bien el récord de Stevenson se analiza con algo de dureza, llegándose a restar cualquier mérito a sus triunfos ante Tavoris Cloud y Chad Dawson (aunque es cierto que ambos llegaban de derrotas antes de enfrentarse a él), lo cierto es que en cinco años el nivel de adversarios afrontado es muchísimo más bajo que el que ha encarado Jack en los últimos tres años. Ilustrándolo, mientras el monarca se medía a púgiles como Dmitry Sukhotsky o Tommy Karpency, el aspirante ha encadenado cinco peleas ante titulares y extitulares mundiales, siendo estos Anthony Dirrell, George Groves, Lucian Bute, James DeGale y Nathan Cleverly.

Es verdad que Jack no se ha librado de las críticas, ya que, por ejemplo, muchos no están conformes con el veredicto de su duelo ante Groves, mientras que sus problemas de irregularidad de rendimiento sobre el ring le han hecho ver emparejarse combates que perfectamente podría haber ganado con contundencia. Aun así, no se le puede acusar de evitar el peligro, por lo que se ha ganado las simpatías de un amplio sector de aficionados.

En cualquier caso, aunque la falta de peleas del máximo nivel puede hacer que un púgil termine por diluir su mejor boxeo entre el conformismo y la nula necesidad de superar sus límites, más aún acercándose al final de su carrera, una vez más Stevenson será el favorito en las casas de apuestas, ya que se considera que su fantástica izquierda recta, uno de los mejores directos del deporte en la actualidad, será demasiado para “The Ripper”, que no posee los desplazamientos más ágiles y que suele padecer muchos problemas para encontrar su ritmo y mantenerse en él.

No obstante, el margen entre uno y otro en las apuestas se ha acortado hasta estar prácticamente en empate, dado que por primera vez en cuatro años (desde el primer choque ante Fonfara), Stevenson se mide a un púgil en plenitud y que avanza sobre una firme racha. Además, en su combate de debut en el peso semipesado, el que disputó ante Cleverly, Jack fue una apisonadora que no dio opciones al británico, sugiriendo con ello que quizás los esfuerzos para dar el peso supermedio estaban cohibiendo su potencial.

Por todo ello, contraponiéndose la velocidad y la precisión de uno a la fuerza y la tenacidad del otro, en un sábado protagonizado por mundiales muy igualados y de difícil pronóstico, el Stevenson-Jack es quizás la pelea que más quebraderos de cabeza ha dado a los analistas, ya que, al margen de las estrategias que ambos puedan preparar y de lo que ofrecen sobre el papel, el encuentro se decidirá en gran parte por el éxito que Jack tenga al evitar los brutales zurdazos de su rival durante la primera mitad y de su capacidad para trabajar en la distancia media-corta con sus combinaciones.

Y es que, si Jack logra contener el éxito de dicho golpe del monarca (con el que ha sustentado la casi totalidad de sus triunfos) y evita sus temibles consecuencias, algo por otro lado extremadamente difícil, tendrá una excelente opción de acumular castigo en su oponente y buscar su ruptura en el segundo tramo, ya que el excampeón, a diferencia de Stevenson, no es un pegador de una sola mano, sino que necesita mantener una elevada cadencia de golpeo para menoscabar a sus contrincantes.

En el paso por la romana, el campeón Stevenson dio 78,700 kg y el aspirante Jack 79,400 kg, justamente el límite del peso semipesado.