Darío Pérez
@Ringsider2020

Tras la subasta para el campeonato mundial unificado del peso ligero (IBF, WBA y WBO), que fue ganada por Triller con una puja absolutamente exagerada, las cosas se han ido complicando con el paso de los meses.

Como si tratase de una telenovela, problemas inesperados (por no ser malpensados, porque muchas voces sugieren que, desde su primera anulación, la idea de Triller era la de librarse del evento por la barbaridad económica que habían ofrecido) han ido sucediéndose hasta el punto de que parece que la pelea no se va a disputar a corto plazo; la fecha del 4 de octubre, el próximo lunes, ha sido la última en cancelarse y el Madison Square Garden ya ha anunciado que devolverá el dinero a los aficionados que habían adquirido su ticket para entrar.

La idea de Triller, que la gala fuera aplazada por enésima vez al 16 de octubre, fue firmada por el campeón López, pero Kambosos, probablemente harto de tanto baile de fechas, se negó en rotundo, pidiendo 250.000 dólares de antemano solo por el hecho de rubricar el acuerdo. La razón de mover el duelo adelante es la competencia de la NFL los lunes por la noche, algo que restaría audiencia al show de boxeo; difícil de comprender es que esto se vaya esgrimiendo como motivo justo ahora, ya que el calendario del fútbol americano se sabe desde hace muchos meses.

Es solo una más de las dificultades experimentadas por un combate que ya podríamos describir como maldito. Desde querer romper el campeón su vínculo con Top Rank tras sentirse ninguneado por su propia promotora en la subasta, se pasó al positivo por covid del propio López en junio, pocos días antes de la gala, ya anunciada con el undercard completo.

Agosto, fecha elegida posteriormente, tampoco cristalizó al ser elegido el territorio australiano para la velada, un cambio muy particular al que López se negó por tener que realizar una cuarentena de entrada al país, llegándose a dar por descartado el envite. El último episodio del serial, como resaltábamos en el párrafo anterior, es la oposición del aspirante a atrasar el pleito, harto de tantos sinsentidos para poder tener su oportunidad mundial.

Obviando que gran parte de las dificultades han sido por culpa suya, Teófimo López ha realizado unas lamentables declaraciones ante el hecho de que Kambosos no quiera pelear doce días después del acuerdo, uno más de los que se han ido llegando en los últimos meses. El campeón unificado ha dicho que «no sentiría romperle el orbital o las vértebras. Todo se reduce a querer hacer daño a alguien en extremo, y lo haré».

Es posible que, si Kambosos no acepta este nuevo día para el espectáculo, se supere la fecha límite de la IBF para la defensa del cinturón una vez que se conoció el resultado de la subasta, y los derechos para organizar la pelea pasen al siguiente postor, Matchroom Boxing (en nombre de Kambosos). Así, Triller perdería el depósito que se paga en señal cuando se gana una puja para celebrar un gran evento boxístico. Eso sí, la fecha del 16 de octubre ya tenemos cita con Matchroom en Estados Unidos, y el protagonista es un español, Sandor Martín, por lo que tendría que ser en semanas posteriores.

Por cierto, ya para completar todo lo esperpéntico que ha rodeado a esta pelea, ¿se imaginan a López y Kambosos en noviembre como semifondo de Devin Haney, campeón WBC de la categoría?