Un nuevo campeón mundial proclamado por correo electrónico, una tendencia creciente en los últimos años. Pero en este caso no es uno más, sino el de los pesos pesados, una de las cuatro porciones herededas de la «sagrada» sucesión de sucesores de John L. Sullivan. Con la victoria de Oleksandr Usyk sobre Tyson Fury, el ucraniano se convirtió en el primer campeón unificado de la historia de la categoría en la era de los cuatro organismos. Desde que derrotase a Daniel Dubois por segunda ocasión, Oleksandr Usyk intentó aplazar su decisión, a lo cual accedió la WBO al justificar el campeón una lesión. La presión se intensificó después de la victoria de Fabio Wardley sobre Joseph Parker. Finalmente, Usyk ha renunciado al título de la WBO, pero mantiene los otros tres (WBC, WBA e IBF).

La WBO no ha perdido el tiempo y ha nombrado campeón a Fabio Wardley. En 23 días, el inglés ha pasado de afrontar como «underdog» su combate con Joseph Parker a proclamarse campeón mundial. Un nuevo campeón mundial en el peso pesado para el Reino Unido, que ha contado con Anthony Joshua y Tyson Fury como estrellas en la última década. Wardley fue compañero de sparring en 2018, pero no cruzará cuero con Oleksandr Usyk en un combate oficial a corto plazo.

Frank Warren, promotor de Wardley, confirmó la noticia: «Gran Bretaña tiene un nuevo campeón mundial del peso pesado y una nueva estrella del deporte. Una de las historias más increíbles que he visto en mis 45 años como promotor, y no podría estar más orgulloso de Fabio Wardley. Le esperan grandes combates en 2026, cuando defienda su cinturón de la WBO y cree un verdadero legado en este deporte».

Este nombramiento es un regalo envenenado para Frank Warren. El primer clasificado en el peso pesado en la lista de la WBO es Moses Itauma, estrella en ciernes de la misma promotora que estrena campeón.

La decisión de Oleksandr Usyk debería limitarse a su falta de interés en boxear con Fabio Wardley. El ucraniano confirmó que no cuelga los guantes, y desprenderse de una corona no le resta caché, pero sí le facilita aminorar sus obligaciones con los cada vez más devaluados organismos.