Daniel Pi
@BastionBoxeo

El adversario que Kiko Martínez se encontrará delante el próximo sábado resulta, incluso para los propios analistas y aficionados estadounidenses, difícil de sopesar. Esto es debido a que el campeón mundial WBC del peso pluma Gary Russell Jr. ha generado una montaña rusa de reacciones a lo largo de su recorrido, dado que de surgir como una de las mayores promesas estadounidenses por sus formidables cualidades físicas y técnicas, que ha recordado en cada una de sus actuaciones, ha pasado a ser el causante de infinidad de expectativas decepcionadas, siendo esto no por su rendimiento sino por la forma de encarar su carrera.

Russell no se esconde, y ha sido muy claro respecto a que no piensa gastar su vida en afrontar una batalla tras otra, sino que su objetivo es en gran parte limitarse a cosechar bolsas y marcharse, viendo el boxeo como un mero negocio, no como una pasión. De ese modo, en unas afirmaciones realizadas un tiempo atrás, que generaron revuelo, señaló:

“Hemos sido muy, muy estratégicos con los negocios fuera del boxeo. El boxeo es lo que hago, no lo que soy como persona. Simplemente usamos el boxeo como un vehículo para acercarnos a lo que queremos. Hemos tomado decisiones empresariales muy, muy sabias fuera del boxeo. Planeo terminar mi carrera próximamente. 31, a lo mejor, como mucho. Queremos pasar a la acción para así poder sentarnos y vivir de los frutos de mi trabajo”.

Esta actitud, que muchos han interpretado como un insulto para el deporte (ya que consideran que no se puede tratar de ese modo a una actividad tan inspiradora y con tanto significado vital para las personas que emprenden la durísima labor de sacrificarse en el boxeo profesional), sumada a la bajísima actividad de Russell (cuatro peleas en cuatro años) y a factores menores, como que en ocasiones hable de sí mismo en tercera persona y como “Mr. Gary Russell Jr.”, ha hecho que lo que prometía ser una trayectoria clave para el boxeo estadounidense se convierta en el centro de reproches y desdén por parte de boxeadores, analistas y aficionados.

Aun así, con su excelente carrera amateur (récord 163-10), en la que fue campeón de Estados Unidos, de los Golden Gloves y se clasificó para los Juegos Olímpicos (aunque finalmente no pudo participar), siendo respaldada por un rendimiento sobre el ring brillante, se cree que todavía podría dejar huella. De todos modos, para ello está obligado a afrontar riesgos cruciales pronto si, como desea, quiere terminar su trayectoria cuanto antes.

Previamente a llegar a ese punto parece estar destinado a cruzarse con el por muchos considerado número 1 actual de la categoría, el mexicano Leo Santa Cruz. ¿De quién es la culpa de que no se haya realizado la pelea estando ambos con PBC? Russell culpa a Santa Cruz y Santa Cruz a Russell. No obstante, se piensa que Al Haymon está pagando por encima del valor de mercado al estadounidense (cobró 1,2 millones de euros más un porcentaje de la venta de entradas ante “JoJo” Díaz) y con ello ha evitado que el campeón WBC tenga deseos reales de unificar, teniendo en cuenta que la principal motivación de este es el dinero.

Sea como sea, afirmando Russell que pretende unificar con Santa Cruz a finales de verano o inicios de otoño y siendo consciente la cúpula de PBC de que o se hace ahora el choque entre monarcas o quizás pierdan definitivamente la opción, no pasa por alto que la elección de Kiko Martínez como adversario obedece a comparar su actuación a la del “Terremoto” de cara a ese posible choque entre titulares. Sin embargo, teniendo Santa Cruz sobre la mesa otras opciones como Frampton o Josh Warrington, un futuro duelo entre el azteca y “Mr.” no está ni mucho menos asegurado, especialmente estando tanteando la compañía Mayweather Promotions una sobrepuja para acercar a Russell al peso superpluma y a Gervonta Davis, puesto que los dos son de zonas muy próximas y con ello se podría pactar una pelea taquillera y con potencial de mejorar mucho el prestigio del joven “Tank”.