
Julio César Garcés
A sus 50 años, Sergio “Maravilla” Martínez sigue siendo una de las voces más lúcidas del boxeo internacional. Excampeón mundial en varias categorías, ícono del pugilismo argentino y símbolo de superación, Maravilla se reinventa fuera del ring con proyectos innovadores, una conexión especial con los jóvenes y una visión pedagógica del boxeo que va más allá de los golpes. Esta entrevista exclusiva es una charla íntima, profunda y actual.
El método Maravilla – Un nuevo enfoque para entrenar
—Sergio, ¿en qué consiste el nuevo proyecto que estás desarrollando?
– «Estamos creando un método de entrenamiento y combate basado en mi experiencia, mi ideología y mi forma de entender el boxeo. No es solo físico: es estratégico, mental, técnico. Trabajamos con la empresa JJ Matriz y Alberto Piñeiro. Juntos ideamos una metodología que no solo entrena el cuerpo, sino también la cabeza».
—¿Cuál es el objetivo del método?
–«Que cualquier persona, desde un niño hasta un adulto, entienda que el boxeo no es pegar fuerte. Es pensar, calcular, anticiparse. Enseñamos a manejar la distancia, el tiempo, la táctica. Diseñamos un sistema donde lo más importante es la psicología del combate. Controlar mentalmente al rival es lo que define una pelea».
—¿Y esto es solo para boxeadores profesionales?
–«No. Está orientado a niños desde los 6 años, adolescentes, adultos… cualquiera que quiera aprender y disciplinarse. No todos van a competir, ni tienen que hacerlo. Pero el boxeo enseña valores, da dirección, combate el bullying, da herramientas para la vida».
El boxeo como forma de vida
—¿Cómo definirías el boxeo en tu vida?
–«Es mi forma de vida. No es un deporte que hice: es lo que soy. Desde hace más de 30 años me dedico a esto, y siempre de la misma forma: con disciplina, con humildad, con estrategia. Las cosas no me salen por casualidad, me salen porque las pienso, las entreno y las repito mil veces».
«Controlar mentalmente al rival es lo que define una pelea»
—¿Cuál es la base de tu método, en una frase?
–«La disciplina es el principio de todo. Luego viene la superación, la comunidad, el pensamiento estratégico y el control mental. El boxeo no se gana con músculo, se gana con cabeza».
—¿Y cómo haces para transmitir todo eso?
-«Estoy formando monitores que compartan mi visión, para que puedan transmitirla en cada gimnasio. Lo simple puede enseñarse. No es fácil, pero es simple. Y cuando los alumnos conectan con ese mensaje, entienden que el boxeo puede cambiarles la vida».
El vínculo con los jóvenes y el mundo digital
—Te hemos visto muy activo en redes, especialmente con streamers. ¿Cómo surgió esa conexión?
–«Fue algo espontáneo. Conocí a Coscu y a Momo en una velada de boxeo organizada por Ibai. Nos entendimos muy bien, hablamos de muchas cosas y me animaron a abrir mi canal. Hoy, gracias a ese impulso, hago streaming, entrevistas, debates y hablo con jóvenes que nunca me vieron boxear, pero conectan conmigo».
—¿Qué opinas de las veladas de streamers?
–«Me parecen fantásticas. La gente dice que ‘eso no es boxeo’, pero sí lo es. Hay guantes, hay entrenamiento, hay árbitros, hay reglas. ¿Acaso cuando jugamos fútbol en el barrio no es fútbol? Claro que lo es. Esto también es boxeo, aunque no se sumen récords».
—¿Y si Ibai te llama para una velada, aceptarías?
–«Si se da, lo hablamos. A mí me encanta subirme al ring. Me gusta boxear. Es lo que soy. Claro que lo consideraría».
El legado y la historia del boxeo
—¿Con qué boxeador te hubiera gustado pelear?
–«Con Floyd Mayweather. Hubiera sido un reto enorme. Es un tipo brillante, que entendió como nadie el arte de no ser golpeado. Habría sido un honor enfrentarme a él».
—¿Y tu Top 5 de todos los tiempos?
–«Sin orden: Pernell Whitaker, Sugar Ray Leonard, Muhammad Ali, Floyd Mayweather y Sugar Ray Robinson. Esos cinco son historia pura».
—¿Y Roberto “Manos de Piedra” Durán?
–«Top 10 sin dudas. Le ganó a todos: Leonard, Benítez, Barkley, Cuevas… Era un animal del ring. Si yo hubiera peleado con él antes de su derrota con Leonard, perdía por nocaut. Si era después, tal vez podía llegar a puntos».
«ME HUBIERA ENCANTANDO PELEAR CON FLOYD MAYWEATHER»
—¿Te consideras parte del Top 100 histórico?
–«Nunca me lo planteé. Tal vez, pero no es algo que necesite saber. Lo que sí sé es que di todo lo que tenía».
El cuerpo después de la guerra
—Hablaste públicamente sobre tu lesión en la rodilla. ¿Cómo estás hoy?
–«Tengo una rodilla destruida. Me operaron varias veces, pero en 2012 una infección con estafilococo y estreptococo me comió el cartílago. Mi pierna derecha es dos centímetros más corta. Camino con dolor, sobre todo en días húmedos. Ya me acostumbré, pero no dejo de entrenar».
—¿Te molesta para entrenar o para pelear?
–«Sí, pero uno aprende a convivir con el dolor. Cuando hay pasión, el dolor se normaliza. El problema es cuando duele más de lo habitual. Pero lo manejo. Frío, ejercicios, descanso… y sigo».
Mentalidad, miedo y emoción
—¿Alguna vez sentiste miedo de subir a un ring y ser noqueado?
–«No. Sentí nervios, sí. Adrenalina, también. Pero miedo no. Yo siempre estuve concentrado. Y cuando estás concentrado, las emociones se ordenan. Hay que domesticar las emociones para que no te dominen».
—¿Has peleado con bronca personal alguna vez?
–«Sí, claro. Hay rivales que no te caen bien. A veces ganás, a veces perdés, pero esa emoción también se puede usar. Todo es energía, y uno decide cómo canalizarla».
Cierre personal
—Después de tantos años, ¿cómo haces para seguir con los pies en la tierra?
–«No sé, creo que siempre fui así. Me llevo bien conmigo mismo, con la gente. No necesito cambiar para gustar. Me gusta ser auténtico».
—¿Qué mensaje final le dejarías a los jóvenes que sueñan con ser boxeadores?
–«Que tengan entusiasmo. Que se rodeen de gente que los apoye. El talento es importante, pero la pasión es lo que te lleva lejos. Si uno tiene entusiasmo, es muy difícil frenarlo».
Sergio “Maravilla” Martínez no solo sigue boxeando. Sigue enseñando, conectando, inspirando. Porque entiende que el verdadero combate es el de superarse cada día. Y en ese, sigue siendo campeón.