Alfonso González Vicente

Uno de los grandes combates de todos los tiempos, el Julio César Chávez vs. Meldrick Taylor I tuvo lugar en el hotel Hilton de las Vegas el diecisiete de marzo de mil novecientos noventa (17/03/90). Fue una pelea para la unificación del título del peso superligero WBC-IBF.

Chávez era campeón de dicho peso por el Consejo Mundial de Boxeo y Taylor por la Federación Internacional de Boxeo. Ambos contendientes de presentaban invictos.
Se contraponían dos estilos boxísticos completamente distintos. Chávez, que se presentaba al combate con un total de sesenta y ocho (68) pleitos disputados y todos ellos ganados, la mayoría por la vía del KO, era un boxeador atacante, (“siempre pa´lante”), de incesante acoso, duro, resistente, especialista en la pelea en corto, con una gran pegada, y un gran gancho de izquierda al hígado. Una auténtica máquina de pegar. Además, era un gran encajador, lo que en boxeo se llama una mandíbula de hierro.

Taylor, que fue campeón olímpico del peso pluma en la Olimpiada de los Ángeles (1984) era, por el contrario, un boxeador muy bien dotado muscularmente, con un físico impresionante y muy bien trabajado, y un boxeador estilista, muy rápido con ambas manos, de técnica depurada, buena defensa, buen contragolpe y un buen jab de izquierda, “entrando y saliendo” continuamente.
En resumen: se enfrentaban contundencia contra velocidad, el trueno contra el relámpago. potencia contra agilidad.

Sin embargo, Meldrik Taylor sorprendió, desde los primeros asaltos, porque en lugar de pelear a la contra” sobre todo a partir del cuarto asalto, salió al ataque y combatió de tú a tú” sin evitar el cuerpo a cuerpo y el intercambio de golpes.
Contra pronóstico, Taylor, en los terrenos de Chávez,  pegaba más y mejor y encajaba los duros golpes de su adversario sin apenas pestañear ni dar muestra alguna de flaqueza.
El quinto asalto, en la corta distancia fue de claro dominio de Meldrik Taylor, intercambiando golpes y sacando ambas manos a gran velocidad, con series precisas y relampagueantes.
Después del octavo asalto pese a tener el rostro tocado y tumefacto, Meldrik Taylor iba ganando claramente el combate.
En resumen: Taylor, que era un boxeador de las características de Ray “Sugar” Leonard (algunos lo comparaban con él), adoptó la misma táctica que Leonard aplicó en su primer combate con Durán.
En principio, parecía una táctica equivocada (que a Leonard le supuso la derrota), pero que en el caso de Meldrik Taylor, le estaba dando muy buen resultado.
Los siguientes asaltos, siguieron más o menos en la misma tónica, hasta el punto que desde su esquina, a Chávez, sus asistentes, le decían:
“Julio, se nos está poniendo feo, pero vamos a ponerle cojones ahí”.
El décimo asalto fue un durísimo intercambio de golpes entre los dos adversarios. Chávez buscaba desesperadamente la corta distancia y ambos púgiles se sometieron a un severo castigo.
Se daba el caso paradójico (que, a veces, se da en el boxeo) que quién claramente estaba ganando la pelea, que era Meldrik Taylor era quién tenía el rostro más tumefacto, sangraba por la boca y tenía un ojo cerrado.

Este décimo asalto, a mi parecer fue decisivo, porque en los dos siguientes, Taylor, aunque siguió manteniendo un ritmo de pelea muy elevado, ya se le veía con algo menos de “frescura mental”, lo que provocó que encajase algunos golpes bastantes duros que acusó, pero sin dejar en ningún momento de contragolpear a Chávez con ambas manos y con velocidad y eficacia.
Hasta que llegó el último asalto, en el que los asistentes de Chávez le gritaban desesperadamente:
“Tú eres el campeón”, “Tírele con lo que tenga, por el amor de Dios, tírele con lo que tengas” “Hágalo por tu familia” Julio ¡¡Por tu familia!! ¡¡ Por México !!
En este último asalto, Meldrik Taylor, bajo mi punto de vista se equivocó; tenía ganada la pelea y debería haber hecho un asalto más conservador, manteniendo con el jab de izquierda a media-larga distancia Chávez y desplazándose con su buen juego de piernas por el cuadrilátero, pero Taylor, que en ningún momento del combate se vino abajo, ni rehuyó la pelea, le empezaba a faltar un poco de claridad mental y de reflejos.

A Julio Cesar Chávez, uno de los grandes de la historia del boxeo mundial, solo le quedaba un recurso que era buscar el KO. No tenía otra alternativa. ¿Y lo encontró? Eso nos los dirán los dos segundos más largos de toda la Historia del Boxeo.

Cuatro años más tarde, el diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro (17/11/94) se disputó en el Garden Arena de Las Vegas, la revancha entre ambos púgiles. En el siguiente enlace se pueden un resumen completo de los momentos más estelares.

Meldrik Taylor ya no se encontraba en su mejor momento, pese a lo cual planteó una pelea siguiendo la misma tónica que la seguida en su primer enfrentamiento; buscando el intercambio de golpes en el “cuerpo a cuerpo” con series duras, precisas y relampagueantes con ambas manos, respondidas, a su vez, por Chávez con duros y potentes golpes al cuerpo y rostro de su oponente.
Al final se impuso la mayor potencia de pegada de Chávez, que ganó por KOT en el octavo asalto.

Historial pugilístico de Julio Cesar Chávez
Está considerado como uno de los más grandes boxeadores “libra por libra” de la Historia del Boxeo y el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, con el permiso (y eso lo dicen algunos expertos, y también yo) de Salvador Sánchez, joven púgil mexicano, campeón del mundo que murió a los veintitrés años (23) en un accidente de tráfico.
A pesar de su juventud, Salvador Sánchez hizo diez defensas de su título, enfrentándose a boxeadores muy duros. De no haber muerto prematuramente, pudo haber igualado, e incluso superado, a Chávez. Julio Cesar Chávez fue campeón del mundo de tres categorías, superpluma, ligero y superligero.
Derrotó a quince campeones del mundo y perdió oficialmente con otros tres: Frankie Randall, Oscar de la Hoya (en dos ocasiones, pero ya en franco declive, especialmente en la segunda pelea) y Kostya Tszyu (también en su época de declive).
Hizo dos combates nulos, uno contra Pernell Whitaker, en el que el norteamericano mereció, claramente, ganar, y otro contra Miguel Ángel González.
Disputó un total de 115 combates, con 107 victorias (87 por KO), 6 derrotas, y dos nulos.
Es el boxeador con más pelas por el título mundial (37)
El boxeador que más defensas hizo de su título (29)
Posee el récord de más peleas consecutivas sin perder (89), desde el inicio de su carrera boxística.
Se mantuvo, oficialmente invicto, durante casi catorce años (en concreto 13 años, 11 meses y 24 días).
Fue capaz de congregar en una sola pelea a 132.000 aficionados y a 262.262 espectadores en cuatro de sus peleas.
Solo en el año 1941, la pelea entre Tony Zale – Billy Prior fue capaz de reunir a más aficionados (135.000).

Historial pugilístico de Meldrik Taylor
Fue, como ya he dicho, medalla olímpica del peso pluma en la Olimpiada de los Ángeles (1984).
Fue campeón del mundo por la Federación Internacional de Boxeo (IBF) en dos divisiones: superligero (1988-1990) y en el welter-junior (1991-1992).
Algunos expertos en boxeo llegaron a decir que podría ser el sucesor de Ray “Sugar” Leonard, aunque luego no respondió a esas expectativas, o no respondió durante el tiempo que se esperaba.
Disputó un total de cuarenta y siete peleas (47) con treinta y ocho victorias (38), ocho derrotas (8) y un nulo.
Años después de su primera, y muy discutida derrota con Chávez, el mexicano le concedió la revancha ganándole por KOT en el octavo asalto.

Después de la primera derrota con Chávez, que no esperaba conforme se desarrolló la dura batalla, se descentró y no volvió nunca más a ser el púgil sobresaliente que fue, y que los aficionados esperaban que hubiese seguido siendo.