
El deporte más fecundo para el cine es sin discusión el boxeo. A pesar del ostracismo forzoso al que ha estado sometido el noble arte en España, el séptimo arte de nuestro país tampoco escapa a esta relación. La Academia de Cine anunció que Gonzalo Suárez recibirá el Goya de Honor en la gala de 2026, que se celebrará en la ciudad de Barcelona.
Según la Academia, Suárez “ha contribuido a convertirle en un hombre clave en la cultura española de los últimos sesenta años. Simultaneando el cine y la literatura, y apostando por la imaginación y la fantasía frente a la realidad y las formas narrativas usuales”.
El asturiano ganó el Goya a mejor director en 1989, con la película «Remando al viento». Nacido en Oviedo en 1934, Suárez se mudó a Barcelona, donde comenzó a escribir artículos deportivos. A Suárez le fascinó el boxeo, y se convirtió en un habitual de las veladas del Price, donde boxeaba lo más granado del boxeo español. Bajo el pseudónimo de Martín Girard, Suárez analizó la actualidad de años con enorme actividad en los cuadriláteros, con la aparición de José Legra, Pedro Carrasco o posteriormente Urtain.
Sin embargo, a Suárez el púgil que más le apasionaba era Ángel Robinson García, al que le achacó que no explotase su talento. Su hermano Carlos Suárez se lanzó a la organización de veladas en los años setenta, para poco después fundar Helenio Herrera Promociones junto a su hermanastro Helenio Herrera Jr. La promotora llevaba el nombre del histórico entrenador del Atlético de Madrid, Fútbol Club Barcelona o Inter de Milán, entre otros, que era padre de Helenio Jr. y padrastros de los hermanos Suárez.
Gonzalo Suárez contó con boxeadores para su películas, como José Arranz en «El extraño caso del doctor Fausto», quien repitió junto a Manolo Calvo con una escena pugilística en «Epílogo».