El excampeón mundial estadounidense Deontay Wilder 43-4-1 (42 KO) vela armas para volver a subirse al cuadrilátero tras dos derrotas consecutivas que, según él, han aumentado sus ganas de reeditar viejos triunfos. El púgil de Alabama se enfrentará el próximo 27 de junio a Tyrrel Herndon (24-5, 15 KO) en una pelea que marca el inicio de lo que Wilder no llama un regreso, sino una “vuelta” a su camino hacia la cima. A sus 39 años, Wilder afirma que nunca contempló el retiro y que su mente está más fuerte que nunca: “Jamás pensé en rendirme. El boxeo no es un juego, no es un deporte. Es demasiado peligroso, violento y brutal. No juegas al boxeo, luchas por sobrevivir”.

Tras finalizar su relación con aquellos que, según él, lo traicionaron durante su carrera, el excampeón asegura sentirse “como una persona nueva. Quiero que me recuerden como un gran hombre cuando la música pare”, confesó.

El combate contra Herndon, un rival de escaso prestigio, supone para Wilder su primera pelea de 2025, un año, que según él, debe devolver a las peleas de primer nivel. Aunque no dio detalles concretos, el púgil insinuó que su siguiente combate podría ser fuera de Estados Unidos.

Una victoria convincente contra Herndon le podría abrir la puerta a peleas con una gran bolsa en Arabia Saudí, donde el dinero y el espectáculo van de la mano. Para ello, tiene que recuperar el terreno perdido tras las derrotas ante el sudafricano Joseph Parker en diciembre de 2023 en Riad (Arabia Saudí) por puntos y ante el chino Zhilei Zhang en junio de 2024 por KOT en el quinto asalto en el mismo lugar, en Riad.

Deontay Wilder fue once veces campeón mundial del Consejo Mundial de Boxeo, venció en esas ocasiones con el título en juego, hasta que perdió la corona en febrero de 2020 ante el inglés Tyson Fury.